Existe coincidencia acerca de que es una ratificación del espacio político con el que se identifica Javier Milei en la principal potencia del mundo. Por otro lado, la política comercial tendrá un efecto dual: más ventas de soja argentina pero un proteccionismo que podría golpear a sectores como el acero o los limones.
El impacto de la elección de Donald Trump como futuro presidente de Estados Unidos sobre la economía argentina es múltiple y no tan buenas direcciones. Los especialistas consultados por Página 12 señalan una alegría en el mundo de las finanzas por el alineamiento ideológico con el presidente Milei, pero también ofrecen reparo por la posible fuga de divisas hacia la plaza norteamericana si Trump decide elevar –o demorar los recortes- de la tasa de interés. La política comercial también tendrá un efecto dual: más ventas de soja argentina pero un proteccionismo que podría golpear a sectores como el acero o los limones. Las inversiones se retardarían ante el reshoring que promete el MAGA.
Desde CP consultora, Pablo Moldovan explicó que el resultado electoral “entusiasmó” en términos financieros: “Es una ratificación del espacio político con el que se identifica Javier Milei en la principal potencia del mundo, eso en términos políticos significa canales de influencia sobre decisiones en organismos o posibilidades de financiamiento concretas que en términos financieros entusiasman rápidamente”
Haroldo Montagú de la consultora Vectorial se refirió al potencial acuerdo de Argentina con el FMI favorecido por la gestión de Trump: existen reparos por los tiempos de asunción de Trump (en enero) y el lugar que ocupa en su agenda la cuestión latinoamericana, además está la burocracia del FMI “con sus reglas”. “En 2018 Trump hizo que le den a Argentina 47.000 millones de dólares que hasta el día de hoy les cuesta cobrarlo, por lo cual se firmó un segundo acuerdo y ahora el Gobierno de Milei está buscando un tercero”, quizás estos tiempos no coincidan con los norteamericanos.
Por otro lado, Moldovan añadió matices sobre algunos análisis vinculados a la cuestión comercial: al proteccionismo de Donald Trump, la inflación, el fortalecimiento del dólar, etc. “Nosotros somos un poquito más cautos. Durante su primera gestión la agenda proteccionista de Trump se enfocó en China: cuando discutió aranceles y medidas específicas para minerales, productos agrícolas y tecnológicos. Y luego tuvo una retórica dura con el NAFTA –el Tratado de Libre Comercio entre Canadá, México y EEUU- pero terminó negociando y mantuvo el acuerdo comercial en los términos que él quería”.
En similar sintonía para Martín Burgos, director del Departamento de Economía Política del Centro Cultural de la Cooperación, también la cuestión comercial podría favorecer a Argentina. “La última guerra comercial de 2018 entre Estados Unidos y China por productos industriales implicó que China dejase de comprar soja a Estados Unidos (le puso un arancel del 60% al poroto de soja con el objetivo de dañar a electorado de Trump, ‘los farmers’). Eso fue beneficioso para Argentina y Brasil donde los precios del poroto empezaron a subir producto de la mayor demanda que enfrentaban, con una diferencia de casi 40% con Estados Unidos”. Esa tensión podría reavivarse y beneficiar a los países del sur.
En 2018 Argentina empezó a importar soja de Estados Unidos, a fabricar aceite y triangular exportaciones, lo cual ayudó a compensar las pérdidas por la sequía ocurrida ese año. El modelo de Milei “es uno que necesita divisas” de modo que de renovarse esta situación, podría ayudar a Argentina.
Para Montagú, podría ocurrir el efecto inverso ante un aumento en la tasa de interés impulsada por la gestión Trump en su afán de bajar la inflación. “Esto impulsaría a los capitales a buscar mayor rentabilidad en la bolsa estadounidense, en lugar de especular con commodities agrícolas, y presionaría a la baja al precio de la soja”.
La mirada de Sergio Chouza, director de la consultora Sarandí, también ofrece reparos sobre los efectos de mediano plazo que pueda generar la administración de Donald Trump: “La integración comercial de Argentina con Estados Unidos es baja –pese al gran tamaño de mercado que tiene esa economía- pero podrían repetirse episodios como los de 2019 con la aplicación de aranceles al acero y los limones”. Por otro lado señala que “es poco sostenible” para la política económica y comercial de Javier Milei que el resto de las monedas emergentes se devalúen contra un dólar fuerte “por la disciplina fiscal que pueda llevar Trump”.
Además, el Make America Great Again condicionará el establecimiento de inversiones norteamericanas en el país: “Ellos fomentan el ‘reshoring’ de las empresas –esto es la relocalización en el país mediante incentivos fiscales, etc.- de modo que si alguna multinacional estadounidense pensaba radicar parte de su producción en Argentina, lo pensará dos veces”.
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