El complejo camino para fabricar baterías de litio

El vicepresidente de Minería de Pluspetrol analizó las dificultades que representa el proceso de industrialización del litio para un país como la Argentina.

La fabricación de baterías de litio constituye la máxima obsesión para todos aquellos países que, como la Argentina, cuentan con este recurso y pretenden exportarlo con el mayor valor agregado posible para maximizar su renta.

Sin embargo, muchos advierten que esa ambición puede resultar peligrosa y que, si se establecen muchas exigencias de industrialización a las empresas que pretenden extraer el mineral, las inversiones pueden dirigirse a otros países competidores.

Según el Vicepresidente de Minería de Pluspetrol, Bautista Vermal, justamente este es uno de los motivos que explica el auge de inversión en litio en Argentina, que se vio beneficiada de una legislación más intervencionista de sus vecinos Chile y Bolivia.

“Chile tiene casi cinco veces más salares que Argentina y Bolivia tiene el salar más grande del mundo que es el de Uyuni. Ahora estamos viendo un boom en exploración y varios proyectos que están en construcción, pero las decisiones que han tomado nuestros vecinos nos han favorecido. Eso puede cambiar. Tenemos que tener cuidado de que en el objetivo de querer promover o capturar una industria, no nos pasemos de rosca. Y, entonces, en vez de hacerse las inversiones acá, se busque el litio en mineral como, por ejemplo, en Australia”, alertó.

En su exposición en el Centro Argentino de Ingenieros por la celebración de la Semana de la Ingeniería, Vermal analizó la cadena de producción global y explicó la dificultad que representa instalar una fábrica.

“El otro día estaba con la empresa CATL que es la mayor fabricante de baterías del mundo. Ellos tienen más de 100.000 empleados, de los cuales 10.000 están dedicados a la investigación y desarrollo. Son miles de científicos y PHD’s. Porque para lograr hacer un cátodo necesitas nanotecnologíahay sólo 4 o 5 países en el mundo que lo hacen. Entonces, es un juego que está buenísimo pensar que uno lo va a jugar, pero necesitas estar en ese nivel. No significa que no lo podamos hacer, pero el desafío es muy grande. Es esfuerzo, dinero, ingenieros, científicos, todo en grandes cantidades”, subrayó.

De acuerdo a su visión, como el recurso argentino es muy valorado, el país debería “hacer las cosas lentamente” pensando “a largo plazo” para “ir logrando esa integración” poco a poco. “Esto es un juego a nivel mundial como el TEG. Depende de lo que uno haga es lo que recibe de respuesta”, comparó.

“El ecosistema se está armando. Hay que tratar de que factores como la infraestructura y el capital humano se alineen para empezar a producir el primer producto de una cadena de valor que te termina llevando a la batería. Pero es el primer producto, no es el único. Uno va a buscar en la salmuera una impureza. Después, hay todo un proceso que involucra mucha energía para poder aislarlo y separar el litio. Después de la parte de minería, tenés toda una parte química para terminar con una sal de pureza muy alta. La producción de esa calidad involucra inversiones muy altas para llegar a ese producto. Con ese producto y muchos otros más empezás a tener tecnología de punta para hacer el cátodo de la batería que es el lugar donde entra y sale energía, uno de los dos polos”, detalló.

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