Ignacio Lorenzo: «El desafío es que nuestros clientes transicionen hacia una economía baja en carbono»

Las metas de sustentabilidad de la compañía, los proyectos vinculados con la transición energética y el crecimiento de los denominados bonos verdes, fueron algunos de los temas que abordó Ignacio Lorenzo, head de Financiamiento de Deuda Global y líder ESG de Santander Argentina.

“Hay un compromiso público asumido, buscamos la neutralidad de carbono para 2050, tanto de nuestra operación como la base de clientes. El gran desafío es que nuestros clientes transicionen hacia una economía baja en carbono y, eventualmente, a lo largo del camino hay que tomar decisiones difíciles si no lo logran. Estamos ayudando a que eso ocurra, asistiéndolos en todo lo relacionado con el proceso de sustentabilidad y en oferta de productos sustentables. Pero el gran desafío está sobre la base de clientes. Tenemos otros desafíos concretos financieros, como por ejemplo generar carteras verdes a nivel global”, remarcó.

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En ese sentido, Lorenzo contó algunos de los proyectos de transición energética que firmó el banco: “Es uno de los pilares de nuestra estrategia. Tenemos varios acuerdos firmados, con YPF Solar es el último que firmamos. Buscamos que el repago de la inversión provenga del ahorro de luz. Es una estructura que llamamos customizada, que ofrecemos a plazo, con periodos de gracia, logramos que el efecto ahorro de la cuenta de luz sea el origen de fondos para que esa línea se repague. Es un objetivo súper desafiante”.

“Pero no sólo queremos quedarnos con las grandes empresas o pymes, sino también desembarcar en el mundo residencial, para que la gente pueda tener paneles en sus casas o la climatización de piscinas”, explicó Lorenzo.

Por otra parte, el representante de Santander Argentina explicó cuál es el objetivo de los bonos verdes, el potencial que tienen y en qué radica su crecimiento a lo largo de los últimos años: “La de los bonos verdes es una categoría de bonos súper interesante, en donde la única diferencia es que el uso de fondos va destinado a una de las categorías que se definen como verde. Hay 17 categorías definidas por la ONU, que son los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), que tienen que ver con la transición energética, electromovilidad, economía circular, entre otras. En la medida que el emisor destine los fondos a alguna de esas categorías, el bono se define como verde. Existe la figura de una calificadora de riesgo que asegura que el bono tenga un destino verde como se indica y que sea un destino relevante, de impacto”.

En cuanto al crecimiento de este tipo de bonos y el entusiasmo que despierta en los inversores, Lorenzo explicó: “A nivel mundial, más o menos el 30 o 40% de las emisiones ya son verdes. En Argentina, el año pasado el 10% fueron bonos verdes. Es una categoría que va creciendo. Los incentivos todavía no están desde el punto de vista de tasas, pero desde el punto de vista de demanda del inversor, acapara mucho más la atención. Eso, en algún momento, debería tender a una reducción de tasas. Los inversores cada vez buscan más este tipo de fondos”.

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