Más allá que se despejó la incertidumbre sobre quién comandará los destinos del país los próximos cuatro años, todavía falta conocer mucho de la futura hoja de ruta de la próxima administración. Y ello, en medio de una transición que tampoco aún permite saber si será del todo civilizada y ordenada, ha mostrado sobre el cierre del mes pasado una aceleración de la salida de los depósitos privados en dólares y de los plazos fijos en pesos privados.
Para algunos economistas, el solo hecho de apretar aún más el cepo, o sea, aumentar las restricciones cambiarias para reducir el drenaje de divisas, es casi suficiente para esperar que semejante expansión monetaria no impacte demasiado en el dólar ni en los precios. Sin embargo, nada parece indicar que la demanda de dinero tenga motivos serios para reaccionar favorablemente en el corto plazo. Esto sería tanto para la demanda con motivos transaccionales como especulativos. Por el momento, la gente no parece agolparse demandando más pesos que sólo los necesarios para cubrir sus gastos corrientes y extraordinarios. Habrá que ver cómo reaccionan de aquí al traspaso de mando.
Otra señal que deja el cierre de octubre es la aceleración en la salida de los depósitos privados en dólares (argendólares) que venían cayendo a razón de u$s100 millones promedio diario y pasaron a más de u$s300 millones. En la semana previa a las elecciones presidenciales los argendólares cayeron u$s652 millones. Mientras que en las dos primeras jornadas posteriores salieron u$s557 millones. En el último trimestre la pérdida de argendólares sumó casi u$s12.900 millones (40% del stock total) y casi u$s13.200 millones desde las PASO. Esto tuvo un impacto directo sobre las reservas del BCRA que vía la merma de los depósitos en dólares para integrar los encajes sufrieron una caída de u$s7.800 millones.
Hasta el día 29 las reservas caen el mes pasado u$s5.392 millones, de los cuales u$s3.954 millones son por venta de divisas al sector privado, u$s1.839 millones de sector público, u$s143 millones por organismos internacionales y u$s622 millones por caída en los encajes en dólares (más u$s1.166 millones de otros conceptos).
Otro tanto ocurre con los plazos fijos privados que caen más de $55.000 millones en el mes.
El stock de Leliq ha caído a sólo $796.760 millones, pero el de los pases pasivos creció a $312.544 millones (el 44% son de los fondos comunes de inversión). Se ha pasado así de una deuda a 7 días a una que se renueva diariamente.
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