Se debilita la pauta salarial del Gobierno por inflación (quejas CGT)

La Casa Rosada tiene esperanzas en un cierre a medida en Comercio; la UOM, en cambio, espera rebasar en diez puntos el valor que pide Economía.

La pauta de aumentos salariales del 60% anual ideada por el Gobierno y sometida a la metralla de la escalada inflacionaria tendrá esta semana la prueba de fuego de las paritarias del sindicato de Comercio y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), dos de los gremios más emblemáticos de la Argentina. Además, los últimos intentos del equipo económico por implantar ese parámetro de subas encontrarán a la CGT con mala predisposición hacia el ministro por una nueva postergación de la cumbre que les había prometido a los dirigentes para esta semana y que quedó una vez más postergada por su periplo en Estados Unidos.

Como agravante, las negociaciones se producirán luego del acuerdo en el Consejo del Salario Mínimo que determinó un aumento de ese piso del 26,6% por un trimestre, prácticamente lo mismo que lo sugerido por el Ejecutivo a los sindicatos afines para cubrir seis meses. En el Ministerio de Trabajo confirmaron que la instrucción es plantear en paritarias una propuesta de subas de entre 32 y 33% por un semestre, o de algo más de 60 por ciento para todo el año. De hecho ese número anual es el que ayer el propio Massa anunció como suba para las Fuerzas Armadas.

La mayor expectativa del Gobierno está cifrada en la paritaria de Comercio, la de más extensión del país por involucrar arriba de un millón de empleados del rubro. El gremio que lidera Armando Cavalieri pactó el año pasado un incremento de 98% que trepó al 101% al tomar en cuenta el ítem del presentismo. En la cartera laboral aseguraron que la organización mostró predisposición para cerrar una suba de 33% para el período de abril a septiembre. De ser así, el equipo económico podrá anotar la primera negociación salarial masiva cerrada en los parámetros propuestos por los funcionarios.

En tanto que la UOM reclama a las cámaras metalúrgicas un aumento de 20% por tres meses o de 40 por ciento semestral, diez puntos por encima de lo sugerido por Massa. Como había anticipado este diario, una característica singular de la discusión de este año que lleva adelante Abel Furlán es el pedido de utilizar como guía no la inflación pasada sino la prevista para los próximos meses por parte de las consultoras que releva el Banco Central para su estimación de suba de precios (REM).

El planteo del mayor gremio industrial de la Argentina tuvo una recepción favorable de las cámaras patronales al menos en el ítem de pagar por inflación prevista. El tironeo se espera respecto del número (en el sector patronal y en Trabajo reducen a 18% el cierre posible por tres meses) y el plazo a cubrir. Un ejecutivo le explicó a este diario que el consenso mayoritario de las representaciones empleadoras prefiere cerrar por un plazo más corto, incluso mes a mes para monitorear el comportamiento de los precios.

De lo que está seguro el Gobierno es que sus últimas fichas para generalizar la pauta sugerida dependerán de la buena voluntad de los jefes de los gremios más tradicionales de la CGT. Pero esa predisposición quedó en suspenso en las últimas semanas luego de las sucesivas postergaciones del encuentro que debía mantenerse con la cúpula de la central obrera. Allí, más allá de debatir la política de ingresos, la «mesa chica» de la organización esperaba sacarle compromisos concretos de desembolsos para las obras sociales sindicales.

Por otro lado, el ministro Massa se había comprometido para reunirse esta semana, pero la agenda de Alberto Fernández con Joe Biden en Estados Unidos y su propia reunión organizada para este jueves con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, obligaron a una nueva reprogramación.

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