El mínimo de biodiesel en gasoil pasaría del 5% al 12% para luego escalar un punto por año y llegar al 18% en 2030. El bioetanol llegaría al 22%.
«Se busca emparejar la política de biocombustibles argentina a la del vecino Brasil, referente de este mercado a nivel mundial. La capacidad productiva de nuestro país en materia de biodiesel refleja un enorme potencial para sustituir importaciones de gasoil que se traduce en más empleo argentino y menor utilización de dólares”, afirmó Mirabella.
Al mismo tiempo, el legislador oficialista presentó otra iniciativa que contempla la determinación de la fórmula de cálculo de los precios de los biocombustibles para el abastecimiento de las mezclas obligatorias con combustibles fósiles, tal como lo manda el artículo 14 de la Ley de Biocombustibles pendiente de reglamentación tras 2 años de su sanción por parte del Congreso Nacional.
«La metodología de cálculo a determinar deberá contemplar toda la estructura de costos del sector garantizando una rentabilidad razonable y considerar los demás costos de su elaboración, transporte y el precio para producto puesto en su planta de producción, incluyendo, pero no limitado al precio de insumos tanto importados como nacionales y los costos financieros», subrayó.
La cuestión es que dicha reforma del 2021 justamente apuntó a un sentido contrario y redujo a la mitad el corte de biodiésel, mientras que limitó a un 6% el porcentaje de bioetanol de azúcar en las naftas más otro 6% para el bioetanol de maíz, por lo que no se espera un acompañamiento del bloque del Frente de Todos.
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