El NOA explora escenarios y proyecta US$ 10.000 millones de exportaciones mineras al 2030

Con el potencial de 11 proyectos de litio y 2 de cobre la región puede transformar su matriz productiva y económica. Cuáles son los primeros desafíos para acompañar ese desarrollo.

El potencial exportador minero del Noroeste Argentino (NOA) para 2030 podría ubicarse, para distintos analistas, en los US$ 10.000 millones anuales, una cifra que requiere de un promisorio y veloz desarrollo de los recursos de litio y cobre ya en carpeta.

Para tener una magnitud de ese potencial, se destaca que alcanzar esas cifras significaría 3,4 veces lo que el país exporta de carne vacuna por US$ 3.148 millones anuales; 3,07 veces de los embarques de trigo por US$ 3.488 millones; 2,06 veces los productos petroleros y petroquímicos por US$ 5.208 millones ó 0,45 veces de soja por US$ 23.841 millones de años normales.

Estas cifras justifican que la industria se entusiasme en el NOA con la otra Vaca Muerta que se encuentra en el subsuelo del territorio, lo que aporta además a la diversificación y federalización de la canasta exportadora.

Este desempeño implica el desarrollo de la minería litífera y cuprífera en el Norte Argentino que para 2030 está en condiciones de tener en operación 11 proyectos de litio y 2 de cobre, identificados en Jujuy, Salta y Catamarca.

Los montos finales, sólo se podrán determinar a finales de la década atendiendo la variación de los precios de cada mineral, pero para el ejercicio se toma como base una valuación del litio a US$ 30.000 por tonelada -que según las proyecciones podría caer a US$ 20.000 de acuerdo a distintos escenarios de oferta y demanda-y para el cobre un valor de US$ 8.906 por tonelada.

En ese camino hay grandes desafíos de infraestructura de manera de no repetir el techo que vivió el desarrollo de los hidrocarburos no convencionales.

En el caso del NOA los cuellos de botella se anticipa que se encontraran en las necesidades de rutas y caminos, red ferroviaria, energía eléctrica y gasoductos, empresas de servicios y el aporte inestimable de mano de obra calificada.

El caso del cobre, que tiene aún desafíos mayor por la envergadura de las inversiones, la mirada está puesta en dos proyectos clave: Taca Taca en Salta y la Mina Agua Rica Alumbrera (Mara) en Catamarca.

El primero de ellos prevé un proceso de construcción que demandará una inversión de 3.000 millones de dólares, tiene un plazo de ejecución de 30 meses y en su pico de obra generará unos 5.000 puestos de trabajo. El segundo tiene una inversión prevista de US$ 3.100 millones y una generación similar de puestos de trabajo directo e indirecto.

En el caso del litio, los resultados ya comienzan a verse de manera más inmediata, aunque el trabajo comenzó hace una décadas con las etapas tempranas de exploración, lo que permite augurar que su producción en el próximo trienio crecerá seis veces más que en Chile y tres más que en Australia, generando una gran oportunidad de inversiones, empleo y divisas.

Así, la Argentina y en particular la región de NOA se encamina a ser el tercer mayor productor de litio en pocos años, consecuencia de la demanda existente a nivel global y también por el avance de los proyectos que se encuentran en curso, que le permitirán en 2026 sextuplicar la actual producción de 37.500 toneladas de carbonato de litio de inicios del año y llegar hasta las 260.000 toneladas.

Un reciente informe del Banco Mundial destacó que este potencial de litio se concentra en algunas de las provincias económicamente más desfavorecidas, lo que crea una oportunidad transformadora para superar las desventajas históricas.

Con una incidencia de pobreza del 25,4 % (la más alta del país), un PNB per cápita bajo y una proporción considerable de sus hogares con necesidades básicas insatisfechas, el NOA presenta uno de los contextos socioeconómicos más complejos de Argentina, que necesita un impulso en materia económica y productiva.

El litio argentino tiene una ventaja importante: posee un menor nivel de impurezas, lo que se traduce en menores costos de procesamiento. Además, el país podría desarrollar aún más la mayor parte de la cadena de valor del litio con el eventual avance en la producción de hidróxido de litio, las celdas para baterías y otros componentes clave.

La expansión de la industria del litio podría aumentar el PNB del NOA en más del 10 %, con un aumento de los ingresos fiscales en una cantidad similar. También se podría aumentar el empleo regional un 6,5 %.

Todas estas mejoras se verán reforzadas si la estrategia de desarrollo no se limita a la industria del litio, sino que abarca otros sectores económicos en auge del NOA, con la creación de corredores económicos.

Por lo tanto, estos corredores económicos requieren un enfoque integral para alcanzar el éxito, a fin de garantizar que la expansión no solo se concentre en las grandes ciudades, sino que la inversión y el desarrollo económico se extiendan a las áreas menos favorecidas de los alrededores.

https://www.mejorenergia.com.ar/

Scroll al inicio