El desarrollo del shale fue impulsado por cinco áreas que concentran el 33% de las inversiones. Las posibilidades de desarrollar la ventana petrolera.
Vaca Muerta es un tren que comenzó a su marcha a todo vapor. La formación es la llave para que las reservas del Banco Central tengan un respiro y no depender exclusivamente del campo. La roca madre de la Cuenca Neuquina fue descubierta en 1927, pero recién en 2011 fue confirmado su gran potencial.
Las compañías se encargaron de acelerar en sus proyectos haciendo de la eficiencia una marca registrada. Los primeros acuerdos para comenzar la exploración y explotación de la roca madre los firmó YPF con Chevron en Loma Campana, con Dow en El Orejano, con Pampa Energía en Rincón del Mangrullo y Mulichino, con Shell en Bajada de Añelo (todos en 2013) y con Petronas en La Amarga Chica (2014).
Vaca Muerta ocupa una superficie de 30.000 km2, algo menor al territorio que ocupan Suiza o los Países Bajos. La particularidad es que hay un total de 47 concesiones con un monto comprometido de inversión de unos 200 mil millones de dólares y cubriendo algo menos de 10.000 km2 y quedando pendiente de cubrir otros 20.000 km2.
Hay que destacar que, si bien la superficie concesionada alcanza menos de la mitad de la superficie de Vaca Muerta, aún son muy pocos, los proyectos que se encuentran en desarrollo masivo y que han alcanzado su pico de producción.
Si bien las empresas han estado realizando muy fuertes inversiones en exploración y explotación, la sanción de la ley de bases que incluye el Régimen de incentivo a las Grandes inversiones (RIGI) será un pilar fundamental para la expansión de obras de infraestructura muy necesarias como oleoductos, gasoductos y plantas de gas natural licuado.
El centro de las inversiones
Vaca Muerta se ha consolidado como uno de los mayores desarrollos de hidrocarburos no convencionales del mundo. Su potencial sigue atrayendo inversiones multimillonarias que prometen transformar la matriz energética del país.
El desarrollo de los bloques ha sido liderado por actores nacionales e internacionales. Según el informe de PWC, hay cinco áreas que concentran la inyección de capital para recoger las bondades del shale.
El número uno es ocupado Loma Campana. El bloque operado por YPF marcó el inicio de la aventura del shale oil y es la joya de la corona con una inversión de 16,506 millones de dólares.
La empresa de bandera también posee el segundo bloque que más capital ha recibido desde que comenzó la producción no convencional. Bandurria Sur ha capitalizado 14,900 millones de dólares.
El podio fue completado por Bajo del Choique – La Invernada. El área, que fue explotado por ExxonMobil y pasó a manos de Pluspetrol, recibió 13,900 millones de dólares.
Pan American Energy también posee uno de los proyectos más prometedores de Vaca Muerta. Lindero Atravesado contabilizó 11,200 millones de dólares convirtiéndose en un activo clave para el engranaje del shale.
YPF cierra la lista con La Amarga Chica. El bloque que lidera los pozos conectados en 2024 recibió inversiones por el orden de 9,022 millones de dólares.
Los cinco bloques reúnen 65.528 millones de dólares, lo que explica más del 33% de las inversiones prometidas en Vaca Muerta.
Infraestructura: la clave del desarrollo
Uno de los mayores desafíos para Vaca Muerta es la infraestructura necesaria para maximizar su potencial productivo. Para ello está en marcha el oleoducto Vaca Muerta Sur, la ampliación del Gasoducto Perito Moreno (exPresidente Néstor Kirchner) y los proyectos de gas natural licuado (GNL).
El desarrollo masivo de Vaca Muerta promete no solo la generación de divisas, sino también la creación de más de 500,000 empleos directos e indirectos. En octubre, Neuquén batió un nuevo récord histórico en la producción de petróleo, con 447.460 barriles por día, lo que representa un incremento del 0,13% en comparación con septiembre y un notable aumento del 26,35% respecto al mismo mes de 2023.
Además, con los incentivos de la Ley de Bases y Punto de Partida para la Libertad de los Argentinos, como el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), se prevé que el sector continúe atrayendo capital extranjero y nacional.
Un futuro brillante
A pesar de los desafíos logísticos y regulatorios, Vaca Muerta sigue demostrando su potencial como motor económico de Argentina. Con proyecciones de alcanzar 1 millón de barriles de petróleo y 200 millones de metros cúbicos de gas diarios hacia el final de la década, esta formación tiene el poder de transformar el país en un líder global en energía.
El camino está trazado: Vaca Muerta no solo promete energía, sino también desarrollo, empleo y una economía más sólida para los argentinos.
https://mase.lmneuquen.com/