Cobre: radiografía de una explotación que no despega

A partir de su potencial, el país podría ubicarse dentro de los diez productores de cobre del mundo, pero los proyectos avanzan a paso lento.

La transición energética es un proceso instalado en todo el mundo y uno de los pilares es la electro movilidad. En este contexto, el cobre se afianza como un recurso clave en la economía mundial presente y lo será aún más en el futuro.

En este punto las miradas están puestas en la Cordillera de los Andes. Desde el sur de Perú, abarcando el norte y centro de Chile y el centro oeste de Argentina, la cordillera es la franja con más reservas de cobre en el mundo.

Esos dos países, Chile y Perú, le sacan provecho a su montaña y el año pasado exportaron cobre por 53.000 millones y 19.500 millones de dólares respectivamente. ¿Cuál es el estatus de desarrollo en nuestro país?

Argentina tiene en marcha la construcción de un proyecto de cobre de clase mundial, y otros tres en etapas avanzadas de desarrollo, los que permitirán al país ubicarse en la próxima década dentro de la lista de los diez principales productores del mundo con unas 810.000 toneladas anuales.

En la actualidad el país cuenta con un proyecto en construcción de cobre: se trata del yacimiento Josemaría, en la provincia de San Juan, que con una inversión anunciada de 4.100 millones de dólares podrá alcanzar una producción anual estimada en 131 mil toneladas.

La cartera de proyectos cupríferos en el país, además de Josemaría, también cuenta otros tres emprendimientos en etapas avanzadas. En Catamarca, el proyecto Minera Agua Rica Alumbrera (Mara), avanzó a la etapa de Prefactibilidad y tiene una inversión prevista de 3.100 millones y 155.000 toneladas anuales de producción.

Otro de los dos grandes proyectos de alcance mundial son Pachón, en la provincia de San Juan, que atraviesa la etapa de factibilidad con una inversión inicial de 4.500 millones de dólares y 280.000 toneladas anuales de producción.

Y el tercer desarrollo es Taca Taca, en la provincia de Salta, que con una inversión prevista de 3.580 millones de dólares podrá alcanzar una producción anual de 244.000 toneladas estimadas.

Estos proyectos permitirán a la Argentina convertirse en un actor central, aportando 810.000 toneladas de cobre a la producción mundial, lo que la ubicará entre los primeros 10 productores de cobre del mundo, según las proyecciones oficiales.

A los aprovechamientos en marcha en distintas etapas, se podrán sumar otros cuatro desarrollos como Los Azules, que en la provincia de San Juan, tiene una inversión prevista de 2.300 millones de dólares y una producción anual estimada en 186.000 toneladas,

Filo del Sol, también en San Juan, es un proyecto en el límite con Chile que demandará una inversión de 1.250 millones de dólares para aportar 67.000 toneladas al año, mientras que San Jorge en Mendoza, requeriría 370 millones de dólares de inversión para unas 40.000 toneladas al año de cobre.

De esta manera se podría completar una oferta de cobre por más de 1.200.000 toneladas al año, e inversiones totales por más de 21.000 millones. Con la puesta en funcionamiento de los cuatro proyectos más avanzados las exportaciones de ese metal ascenderían para ese año a 6.511 millones de dólares.

A pesar de esta potencialidad y la existencia de estos proyectos sobre la mesa, desde la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) alertan que el país no avanzó al punto de posicionarse entre los grandes productores de cobre de la región. Está costando mucho consolidar estos proyectos. Cabe recordar, que Argentina no produce cobre, desde el cierre en 2018 de la mina catamarqueña Bajo de La Alumbrera, uno de los yacimientos más importantes a nivel mundial.

En el país la producción de cobre a gran escala comenzó en 1997, con la puesta en marcha de la operación en el noroeste de Catamarca, y durante su vida útil de Bajo de La Alumbrera aportó ingresos fiscales por 5.037 millones de dólares y exportaciones por 17.300 millones de dólares.

Esfuerzo inicial

A pesar de estar estratégicamente ubicados, ¿por qué no avanza la explotación en Argentina? Para empezar, la minería del cobre requiere grandes inversiones que van desde los 2.500 millones a más de 6.000 millones de dólares, es un alto capital de inversión y, por lo tanto, demanda reglas claras de estabilidad.

A la hora de entender cómo funciona la minería del cobre un camino posible es la comparación con la del litio, que está más instalada en la agenda. En cuanto al volúmen de inversión, una mina de litio requiere entre 600 y 1.000 millones de dólares para un proyecto de 40.000 toneladas de producción. Mientras en el caso del cobre, para un proyecto importante como JoseMaría, debe contemplarse un monto cercano a los 6.000 millones de dólares de inversión inicial.

Por otro lado, desde el sector, afirman que desarrollar los proyectos de cobre del país se traducen en una gran cantidad de mano de obra: más de 4.500 personas en la etapa de operación y casi 12.000 en la fase de construcción.

Insuficiente

A esta altura resulta evidente que Argentina tiene un gran potencial. Y esta ventana de oportunidad puede convertirse en una enorme puerta ya que el consumo de cobre aumentó a una tasa promedio anual de 2,6% en los últimos 20 años y que, según la Agencia Internacional de Energía, hacia 2040 la demanda de cobre se duplicará.

Para que los proyectos se concreten y entren en etapa de producción se necesitan ciertas condiciones y el contexto macroeconómico del país parece no ser el indicado. De hecho, CAEM difundió esta semana un comunicado poniendo el foco en el cruce entre capacidad de inversión y trabas a las importaciones.

La entidad se mostró preocupada porque el llamado ‘dólar minero’ deja fuera productos relevantes, tales como la plata en bruto, el cobre y el litio. “Sería deseable que la medida contemple a ‘Rocas y Minerales industriales’, que abarcan productos como cal, boratos, bentonita, yeso, caliza, diatomita, dolomita, rocas ornamentales, cuarzo, entre otros, así como a los minerales metalíferos tales como zinc, plomo, hierro y cobre. Todos estos productos representaron un total de 132 millones de dólares en exportaciones generadas por las pequeñas y medianas empresas del sector en 2022”, alerta CAEM.

“En nuestras reuniones con las autoridades, hemos enfatizado el compromiso de la industria para la pronta liquidación de divisas, manteniendo bajos niveles de stock y agilizando el proceso de exportación de productos comercializables. Esto se refleja en el hecho de que, a pesar de las dificultades experimentadas, durante los primeros ocho meses de este año, el sector minero ha exportado un total de 2.584 millones de dólares, una cifra que incluso supera el promedio de años anteriores”, repasa CAEM.

Y concluyen: “En Argentina hemos perdido estos años para anticipar la fase de construcción, que se estima con proyectos actuales, totalizarían más de 22.000 millones de dólares en inversión. Esta es una inversión sumamente importante para el país que redundaría en exportaciones de cobre, llegando a casi 10.000 millones de dólares, si se pusieran operativos los 5 proyectos que tenemos en etapas más avanzadas”.

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