El camino para llegar a emisiones cero pasa por la industria

Mientras los líderes gubernamentales y los negociadores climáticos reunidos en Dubái concluyen este martes la conferencia climática de las Naciones Unidas COP28, un enorme desafío se cierne sobre los procedimientos: descarbonizar el sector industrial mundial.

La industria ha representado más del 30% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en los últimos años. Es el sector emisor más grande si se tiene en cuenta su uso de electricidad y generación de calor.

Para que los países cumplan sus objetivos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, es imperativo detener las emisiones de las industrias intensivas en carbono, como el acero, el cemento, y los productos químicos.

Existen tecnologías e innovaciones prometedoras que pueden impulsar la descarbonización en la industria: combustible de hidrógeno verde fabricado a partir de electricidad y agua limpias, medidas de eficiencia energética en las cadenas de suministro y captura, uso y almacenamiento de carbono, por nombrar algunas.

Sin embargo, estas soluciones aún no se han implementado a la velocidad y escala necesarias para frenar el calentamiento global.

Las emisiones industriales globales deberán reducirse en un 25% para 20230 para que el mundo esté en camino de alcanzar las emisiones netas cero para 2050, un objetivo adoptado por muchas de las economías más grandes del mundo. Se trata de un descenso extremadamente pronunciado del 3% anual, y requerirá una movilización masiva de dinero, tecnología y voluntad política.

La noticia positiva es que muchos países están dando pasos en la dirección correcta. La Ley de la Reducción de la Inflación de EE.UU., firmada en 2022, incluye aproximadamente 80 mil millones de dólares por año para iniciativas climáticas de 2022 a 27, con disposiciones para estimular el despliegue de tecnologías limpias e incentivar la reducción de emisiones en todos los sectores industriales.

Pero los esfuerzos en los países desarrollados, aunque encomiables, son insuficientes para impulsar la descarbonización global al ritmo necesario para mantener el calentamiento global bajo control. Los países en desarrollo se enfrentan a enormes obstáculos para adoptar tecnologías con bajas emisiones de carbono, desde la falta de infraestructura hasta la insuficiencia de conocimientos y capacidad.

En un artículo reciente publicado en la revista Energy Research & Social Science, a partir de una serie de análisis exhaustivos de industrias específicas, establecimos una hoja de ruta integral para descarbonizar la industria en todo el mundo. Estos son algunos de los puntos clave.

AMPLIACIÓN DE LA FINANCIACIÓN

En primer lugar, es necesario aumentar radicalmente la financiación para la descarbonización industrial en el mundo en desarrollo. Las inversiones anuales tendrán que multiplicarse por al menos siete para 2030 para que el mundo esté en camino de alcanzar las emisiones netas cero a mediados de siglo.

Las donaciones, los préstamos, las garantías de riesgo y las inversiones de capital proporcionadas a través de instituciones públicas y privadas pueden ayudar a movilizar inversiones públicas y privadas para alcanzar ese objetivo. Ese financiamiento puede comenzar con que los países desarrollados cumplan y superen su compromiso de proporcionar 100.<> millones de dólares en financiamiento climático para los países en desarrollo cada año. Los países desarrollados tienen la mayor parte de las responsabilidades por las emisiones pasadas que han alimentado el cambio climático.

MÁS TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍA

La descarbonización avanzará más rápido si los países desarrollados aceleran su transferencia de tecnología al Sur Global. Es decir, asegurarse de que las economías en desarrollo reciban las tecnologías avanzadas necesarias y se incluyan en las cadenas de valor mundiales.

Dado que se espera que la mayoría de las emisiones industriales provengan de las economías emergentes a mediados de siglo, la difusión de conocimientos y experiencia será fundamental. Las asociaciones entre países y empresas pueden facilitar proyectos de demostración de nuevas tecnologías como el hidrógeno verde y la captura de carbono en los países en desarrollo.

MEJORA DE LA FORMACIÓN LABORAL

La transición a cero emisiones netas también requerirá una fuerza laboral masiva con nuevas capacidades, por lo que es esencial invertir en capital humano y capacitación profesional.

Las empresas y los gobiernos pueden colaborar para desarrollar planes de estudio y programas de aprendizaje centrados en las tecnologías verdes. La construcción de esta reserva de talento para construir e instalar energía renovable, como paneles solares y electrodomésticos como bombas de calor, debe comenzar ahora. Si bien la demanda de estas tecnologías es alta, una de las limitaciones clave para su rápido crecimiento es el desarrollo de la fuerza laboral, en todas las geografías y tipos de tecnología.

GARANTIZAR UNA TRANSICIÓN JUSTA

Otra prioridad es una transición justa para las comunidades que han dependido de los combustibles fósiles durante generaciones. A medida que las industrias se transforman, se perderán algunos puestos de trabajo y se crearán otros nuevos. Garantizar que los beneficios económicos y ambientales se distribuyan entre las economías requerirán programas gubernamentales e industriales sólidos para ayudar a los trabajadores desplazados.

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ESTABLECIMIENTO DE UN TRATADO GLOBAL

Por último, es probable que sea necesario un nuevo tratado mundial para coordinar la descarbonización industrial para avanzar con la suficiente rapidez. El tratado podría establecer estándares, incentivar la coordinación de políticas y evitar la competencia desleal a medida que los países cambian a industrias con cero emisiones netas.

Los “clubes climáticos” (grupos de países desarrollados y en desarrollo que trabajan juntos para reducir las emisiones de sectores industriales específicos) también pueden fomentar el progreso y el intercambio de tecnología a medida que implementan conjuntamente los objetivos de descarbonización.

En nuestra opinión, el camino hacia las industrias con cero emisiones netas será difícil, pero no imposible.

Con políticas inteligentes, inversiones en tecnología y capital humano, y un liderazgo audaz de los países del Norte y el Sur global, creemos que la descarbonización de la industria pesada podría convertirse en la próxima gran historia de éxito en materia de clima y desarrollo económico.

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