En las próximas horas, anunciarían ventajas para el campo. Se descarta que alcance a la soja. El FMI sigue duro.
En el marco de las duras negociaciones en Washington con el Fondo Monetario, el Gobierno avanzó este jueves en la discusión de medidas con el organismo, que serían anunciadas en las próximas horas. Se evalúa un nuevo dólar para agilizar las exportaciones del agro y un impuesto que encarezca ciertas importaciones, en ambos casos con el fin de frenar la crisis de dólares.
Sergio Massa propuso el miércoles avanzar en cambios durante la reunión de gabinete y por la noche se contactó por zoom con la titular del organismo, Kristalina Georgieva. La preocupación es parar la caída de reservas y, de esa manera, destrabar las conversaciones con el staff y aplacar las presiones cambiarias, que el miércoles hicieron saltar el blue a $ 525 y suma incertidumbre en vísperas de las elecciones primarias.
Una de las medidas bajo estudio es un nuevo valor del tipo de cambio diferencial que rige para las economías regionales hasta el 31 de agosto y que hoy es de $ 300. La intención es actualizarlo, aunque por ahora se descarta que incluya a la soja. Todavía se discute en el equipo si alcanzará al maíz, ante el temor en algunos despachos de que incremente el costo de la alimentación de animales y, por ende, el precio de la carne o la leche.
El otro frente serán las importaciones, un capítulo pendiente desde la revisión anterior en marzo. De esa negociación, surgió el dólar soja 3 a $ 300, un cepo más duro y un dólar especial para el pago de servicios de transporte y turismo externo, pero esto último nunca se concretó. La idea ahora es retomar ese espíritu con un impuesto a las importaciones, tal como informó Clarín el miércoles, con la novedad que sería sobre servicios y bienes de lujo.
En paralelo, Massa puso en marcha un cepo recargado a los exportadores que no liquidan dichas operaciones con una nueva traba que impedirá el acceso a dólares oficiales para importar a través de los permisos SIRA. «La SIRA la podés cargar después de pasar ese filtro», confirmó una fuente de Economía. Por otra parte, los bancos empezaron a frenar la autorización para el acceso a divisas a los importadores, cuyos permisos son aprobados sin plazo asignado.
Según cálculos oficiales, hay unos US$ 3.100 millones no liquidados entre las empresas del agro que podrían sufrir esta restricción adicional. El Gobierno sigue así rascando todas las ollas en un escenario de déficit comercial, fuertes vencimientos de deuda y reservas netas negativas por US$ 7.000 millones. El Banco Central volvió a cerrar este jueves con saldo negativo, después de vender US$ 56 millones en el mercado de cambios.
En ese marco, una comitiva ya lleva cuatro días en Washington, sin novedades todavía. A fin de mes, la Argentina tiene que pagarle al organismo US$ 2.600 millones en un pago y no tiene reservas. Si llega a firmar con el FMI, accedería a un desembolso de al menos US$ 4.000 millones que facilitaría el pago, sin hundir más las reservas. Este jueves por la tarde desde el organismo avisaron que todavía no se acordó.
«Nuestros equipos continúan trabajando constructivamente, en persona, con el objetivo de llegar a un acuerdo sobre la quinta revisión del programa de Argentina respaldado por el Fondo. Las discusiones continúan enfocadas en las políticas para fortalecer las reservas y mejorar la sostenibilidad fiscal. Continuaremos comunicando sobre el progreso de estas discusiones», dijo un portavoz del organismo.
La tensión escaló en las últimas horas tras conocerse un informe del FMI en el que reclamó a la Argentina un tipo de cambio oficial más alto. El organismo ratificó que el dólar oficial está atrasado y debería valer hasta un 25% más, es decir, pasar desde los $ 267 actuales (dólar mayorista) a $ 333. Y advirtió que el frente externo del país “fue más débil” que lo deseable el año pasado y que las reservas son “precariamente bajas”.
https://www.clarin.com/