El oficialismo nacional se reunió en Salliqueló. La licitación para la segunda etapa se haría en septiembre. Hubo una importante reivindicación del rol de YPF en el diseño de la traza del proyecto.
Con la presencia del presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, el Ministro de Economía, Sergio Massa y el Jefe de Gabinete, Agustín Rossi, el gobierno Nacional dejó inaugurado el primer tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner en Saliqueló, donde finaliza la trama que se inicia en Neuquén.
El acto se llevó a cabo en un predio lindero a la planta Saturno, provincia de Buenos Aires, que opera la transportista TGS, que será el punto de vinculación con el gasoducto Neuba II, a través del cual llegará el gas producido en Vaca Muerta en una primera instancia con 11 millones de metros cúbicos por día.
La obra estratégica, que en su traza de 573 kilómetros atraviesa Neuquén, Río Negro, La Pampa y centro oeste de Buenos Aires, permitirá ahorrar unos US$ 2.000 millones en importaciones de gas este año y otros US$ 3.800 millones el próximo, según cálculos oficiales.
El nuevo gasoducto transportará a partir de su inauguración unos 11 millones de metros cúbicos por día (aproximadamente un 7,3% del total transportado en esta época del año); y cuando estén en funcionamiento sus plantas compresoras hacia el último trimestre del año, se incrementará a unos 21 millones de m3/d equivalente al 14% de la demanda.
La obra tuvo un costo total que se estima en los US$ 1.850 millones y fue financiada íntegramente por el Estado Nacional.
El acto se desarrolló en simultáneo con la etapa neuquina de la inauguración, encabezada en el kilómetro 0 del gasoducto por el gobernador Omar Gutiérrez y su sucesor en el cargo, Rolando Figueroa, que se impuso en las elecciones provinciales del 16 de abril pasado.
Fernández, agradeció el apoyo de los empresarios, de ENARSA y del sector público, y aseguró que «esta obra representa el primer paso para lograr la independencia y soberanía energética en Argentina con gas de Vaca Muerta para los próximos 150 años».
El primer mandatario criticó al gobierno de Mauricio Macri por no hacer las obras en el año 2015 porque cuando intentó hacerlas el FMI se lo impidió o el sector privado lo condicionó con concesiones por 27 años y ganancias extraordinarias en dólares.
«En los próximos días vamos a estar licitando el segundo tramo del Gasoducto Néstor Kirchner para llegar de Saliqueló a San Jerónimo y poder llegar con energía de Vaca Muerta a todo el país. Con estos 573 kilómetros de caños empezamos a recuperar nuestra soberanía energética», resaltó,
También dedicó un párrafo especial al rol que tuvo YPF en el desarrollo de este proyecto y en el crecimiento que muestra hoy Vaca Muerta.
«Recibimos una YPF con un estado de endeudamiento calamitoso y gracias a la muy buena gestión de su presidente Pablo González en el año 2022 la empresa invirtió más de U$S 4000 millones en exploración y producción en Vaca Muerta. Hoy el 58% del crudo que se produce allí corresponde a YPF y más del 35% del shale gas», aclaró.
Por su lado, el Ministro de Economía, Sergio Massa, reconoció el trabajo de los gobernadores de Neuquén, La Pampa, Río Negro y Buenos Aires, ponderó el papel clave de YPF, de la Secretaría de Energía, y de las empresas proveedoras y constructoras que hicieron posible la realización de esta obra en tiempo récord.
«Esta obra es el comienzo de un cambio en la matriz económica y productiva en Argentina. Ya no vamos a importar más gas en barcos y vamos a llevar nuestro gas de Vaca Muerta al norte del país a través de Bolivia y poder llegar exportar el norte de Chile y desde Bolivia poder acceder al mercado brasileño», afirmó.
Y subrayó que «Argentina pasará de ser un país deficitario en materia energética a superavitario en su balanza comercial porque este tipo de obras cambian definitivamente esta ecuación».
Agregó, además que el gas de Vaca Muerta nos va a permitir abaratar la electricidad en el país y en el resto de las industrias y PyMEs; y empezar a desarrollar la distribución de redes de gas en provincias como Corrientes y Misiones.
El ministro adelantó que «en septiembre vamos a estar haciendo la licitación para la construcción del segundo tramo del GPNK para llegar de Saliquelló a San Jerónimo, abastecer al litoral argentino y exportar al sur de Brasil». También hizo hincapié en avanzar en la sanción de una ley de GNL que nos permita exportar valor agregado.
En tanto, la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, consideró que estos 573 kilómetros de traza de gasoducto vienen a coronar la recuperación de nuestra petrolera de bandera YPF, quien tuvo un rol determinante en la expansión de Vaca Muerta y en diseño y trazado de este gasoducto.
«Queremos exportar al mundo, pero también queremos gas y petróleo para nuestra industria, para darle mayor competitividad y también llegar con gas a todos los hogares de los argentinos», manifestó.
La funcionaria no ahorró críticas contra el gobierno anterior que «apenas construyó 53 kilómetros de caños en su gestión, mientras que desde 2003 al 2015 construimos más de 3200 kilómetros de gasoductos que permitió inyectar al sistema más de 26 millones de metros cúbicos diarios».
Argumentó, además que «el déficit en el balance energético en Argentina no fue culpa de un político sino de una empresa como Repsol (en ese momento dueña de YPF) que no invertía en exploración y producción, pero que giraba a su casa matriz más de U$S 3000 millones de ganancias extraordinarias, fruto del vaciamiento que hicieron con YPF».
«El otro gran problema que lo trajo un empresario y no un político fue el endeudamiento enorme con el FMI que hoy todavía estamos viendo cómo pagarlo», añadió.
Y cerró: «Con este gasoducto el país se va ahorrar más de U$S 4000 millones de los U$S 9.000 que estamos importando de gas natural y nos va a permitir revertir nuestra comercio exterior energético».
Para alcanzar su terminación definitiva de esta primera parte de la obra se deberán completarse la instalación de dos plantas compresoras que están en ejecución, cuyo costo asciende a unos US$ 250 millones aproximadamente, y otras obras complementarias a lo largo de la traza de los gasoductos existentes hasta su ingreso en el Gran Buenos Aires –entre ellas la vinculación entre Mercedes y Cardales– que completan esta primera etapa.
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