Estado español. El negocio de la guerra: la industria armamentística con ganancias extraordinarias

Las 10 mayores empresas de armamento de Estados Unidos y Europa han crecido un 7,5% en el último trimestre del 2022, incrementando sus beneficios y cotizaciones en Bolsa. En el Estado español grandes empresas como Airbus, Indra, Navantia o Santa Bárbara, están expectantes ante los beneficios que pueden obtener del rearme militarista liderado por el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos.

El negocio de la guerra está en auge, así lo muestran los datos. Las 10 mayores empresas de armamento de Estados Unidos y Europa han crecido un 7,5% en el último trimestre del 2022. Gigantes de la industria como las estadounidenses Lockheed Martin, Raytheon Technologies y Boeing, o las europeas Airbus, BAE Systems, Thales, Leonardo o Rheinmetall aumentaron considerablemente sus facturaciones y cotizaciones en Bolsa el pasado año.

Todo apunta a que esta tendencia se va a sostener ya que el rearme imperialista es toda una política planificada para los próximos años: el Gobierno de Macron en Francia ha anunciado estos días la asignación de 400.000 millones de euros a gastos de defensa entre 2024 y 2030, frente a los 295.000 millones del periodo 2019-2025; como lo ha sido el rearme histórico alemán anunciado el pasado año por el canciller Olaf Scholz con el incremento de 100.000 millones de euros en Defensa.

En el caso del Estado español, la situación es similar. El Gobierno de PSOE y Unidas Podemos no sólo está al frente de una transferencia histórica de recursos del Estado a las empresas privadas, como estos días reivindicaba Enrique Santiago, secretario general del PCE y ex Secretario de Estado. Está liderando también un giro militarista histórico, con el mayor incremento en gasto militar de los últimos 40 años.

Sólo con el aumento de los presupuestos de Defensa para este 2023 se alcanzó un gasto de al menos 14.500 millones de euros, un 23% más con respecto al pasado 2022. Siendo la partida con mayor crecimiento del presupuesto. Cifra que, además, sólo refleja una parte del gasto militar real que alcanzaría los 27.000 millones de euros. Lo que equivaldría a una subida del Salario Mínimo (SMI) de 580€ al mes.

La venta de armas, la clave del negocio privado

Otro dato claro es la inversión directa en armamento, que se ha incrementado este año un 72% hasta cerca de los 5.000 millones: municiones, carros de combate, aviones, fragatas, etc. Siendo claves para este gasto en armas las empresas privadas fabricantes que se están llenando los bolsillos y más lo van a hacer en los próximos años. En el Estado español hablamos de grandes empresas como la mencionada Airbus, pero también Indra, Navantia o Santa Bárbara, expectantes ante los beneficios que pueden obtener del Estado, su contratista principal.

Sin todavía datos generales del 2022 para el Estado español sobre la industria militar, ésta ya facturaba más de 7.000 millones en 2021, lo que suponía en torno al 0’8% del PIB y más de 100.000 puestos de trabajo. Sólo Airbus emplea a 12.300 personas en ocho fábricas repartidas por Madrid, Castilla-La Mancha y Andalucía, la cual batió en 2022 sus récords de facturación mundial, casi 59.000 millones, y de beneficios con 4.200 millones.

El Estado español posee el 4,12% de Airbus a través de Airbus Defence and Space S.A.U., pero todo apunta a que es la empresa Indra, presidida por Marc Murtra, la va a ser elegida para ocupar el rol de gran empresa armamentística al estilo de Dassault en Francia o la propia Airbus en Alemania. Con su sede central en Alcobendas (Madrid), Indra está aumentando sus facturaciones año a año gracias al impulso del Ministerio de Defensa, alcanzando los 6.300 millones de euros en 2022.

Rearme militar: la política imperialista en tiempos de crisis y guerras

Todas las grandes potencias imperialistas europeas están reestructurando e impulsando su rearme militar. La Guerra en Ucrania ha generado “cuellos de botella” en la industria armamentística, como el producido por la gran demanda de municiones del ejército ucraniano. Uno de los últimos pasos en este sentido es la oferta de la compañía alemana Rheinmetall para quedarse con Expal, el principal fabricante de municiones en el Estado español. 1.200 millones sería lo que pagaría la empresa alemana, más del doble del valor estimado de Expal hace dos años.

Esta política de rearme, sin embargo, más allá de la Guerra en Ucrania, tiene largo recorrido y es la respuesta imperialista a una época de mayores crisis, enfrentamiento entre potencias y guerras. Incluso sin la reaccionaria invasión de Putin, la consultora McKinsey estima que el gasto europeo en defensa se habría incrementado en un 14%, como parte de la hoja de ruta de la OTAN, pasando de de 296.000 millones de euros en 2021 a 337.000 millones de euros para 2026. Si bien, con el escenario actual la consultora estima un incremento de entre el 53 al 65% para este periodo de 2021-2026, pudiendo alcanzar los 488.000 millones el gasto militar europeo. Una política militarista genera ganancias extraordinarias a la industria armamentística, en un contexto de inflación y precarización de las vidas de millones de personas.

Frente a la barbarie militarista no se puede confiar en los gobiernos capitalistas e imperialistas responsables de la misma. La alternativa pasa por la autoorganización de la clase trabajadora a nivel internacional, con total independencia política. Una posición socialista e internacionalista contra la guerra, el rearme, el imperialismo de la OTAN, la inflación y los recortes sociales.

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