Es imprescindible establecer bases legales e impositivas que despejen cualquier duda para atraer las inversiones que le permitan a la Argentina explotar todo el potencial de este recurso.
El litiova rumbo a convertirse en el segundo mineral más exportado del país. Es motor de las economías del NOA, en zonas alejadas de los centros productivos tradicionales. Y siguiendo este camino las expectativas de expansión para el sector son más que prósperas.
Este año se estima que la producción de este «oro blanco» se incrementará un 50% y ya de cara al 2025 se calculan inversiones por USD 5000 millones para los proyectos más avanzados. También habrá un impacto positivo en el desarrollo de pymes proveedoras de la industria, y del empleo, teniendo en cuenta que el 80% de las compras de los proyectos mineros involucra servicios, insumos y equipos que se hacen en el país.
Sin embargo, de la mano de este crecimiento exponencial del sector al mismo tiempo aumentan las dudas acerca del marco regulatorio de la actividad: por un lado, el gobierno nacional eliminó los reintegros a las exportaciones y, por otro, las provincias de Catamarca, Salta y Jujuy reclaman por el derrame de la renta y evalúan quedarse con una mayor porción de los ingresos.
La Cámara Argentina de Empresarios Mineros expresó su preocupación al respecto asegurando que estas medidas impactan gravemente en el sector minero en su conjunto, afectando la competitividad, previsibilidad y posicionamiento de nuestro país, a la vez que también se mostró preocupada por la aprobación de la ley de la provincia de La Rioja que declara al litio como recurso estratégico, resultando de interés público la investigación, exploración y explotación, y que suspende por 120 días los permisos de concesiones mineras en esa provincia.
El diálogo y las negociaciones a partir de este crecimiento considerable, en un contexto de reglas claras y un marco fiscal adecuado, parecen ser la única salida para potenciar esta verdadera revolución que representa el litio.
Actualmente, Argentina es el cuarto productor mundial del recurso, luego de Australia, Chile y China. Y el triángulo del litio, compuesto por Argentina, Bolivia y Chile cuenta con alrededor del 65% de los recursos mundiales. El país tiene un enorme potencial para aumentar su participación en la oferta global del mineral al tiempo que, en paralelo, se le presenta el desafío de mejorar la eficiencia y la sustentabilidad ambiental de las técnicas evaporíticas implementadas actualmente mediante el desarrollo de otros procesos no evaporíticos.
En un contexto comprometido con el cambio de la matriz energética, el litio tiene impacto en la producción de energía solar que requiere una amplia gama de minerales utilizados en baterías de iones de litio, que incluyen cobalto, litio, manganeso, níquel y grafito. El potencial de este recurso es inmenso y por lo tanto es imperioso que en esta primera etapa del despegue de su producción se puedan establecer las bases legales e impositivas que despejen cualquier duda al momento de decidir inversiones de largo plazo.
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