La buena herencia: la cantidad real de dinero de la economía está en mínimos de la década

El promedio semestral de la Base es aproximadamente de $6,46 billones cuando en el primer semestre de 2013, a precios actuales, era equivalente a $15,416 billones. Según cálculos de Macroview, la caída es del 57% en el nivel del Circulante.

 

  • Por lo visto en la última década, y especulando con un cambio de gobierno este año, puede decirse que una de las pocas herencias positivas que le han dejado los últimos oficialismos a las oposiciones triunfantes ha sido la bajísima cantidad real de dinero de la economía. Este año no será la excepción. Ya que la dinámica monetaria no hace prever que haya un cambio sustancial de acá a fin de año.
    Desde 2018 el derrumbe de la demanda real de dinero es insoslayable, y este año se ha profundizado. La Base Monetaria es hoy un 58% menor a la de 10 años atrás. Hoy el promedio semestral de la Base es aproximadamente de $6,46 billones cuando en el primer semestre de 2013, a precios de hoy, era equivalente a $15,416 billones. Esto se explica, según cálculos de Macroview, por una caída del 57% en el nivel del Circulante en poder del público que pasó de $10,7 billones a $4,57 billones y del 60% en los encajes bancarios que cayeron de $4,7 billones a menos de $1,9 billones.
    La retracción de la demanda de pesos por parte de las familias se entiende dado el contexto de aceleración inflacionaria y estancamiento que se viene registrando en los últimos años que detona en un fuerte aumento de la velocidad de circulación del dinero. Mientras que el tema de los encajes tiene otras aristas además del tema inflacionario vinculadas con la nueva integración de los efectivos mínimos con títulos públicos y deuda del Banco Central (BCRA).
    Para tener una idea de la dimensión del derrumbe monetario, el BCRA en su último Informe Monetario señala que en un entorno de tasas reales más elevadas, la Base Monetaria, ajustada por estacionalidad y a precios constantes, continuó contrayéndose en niveles históricamente bajos que en términos del PBI marcan el nivel más bajo desde 2003.
    Si bien la Base sigue cayendo mes a mes en términos reales, eso no implica que el BCRA de Miguel Pesce haya dejado de emitir, todo lo contrario, pero como ya hemos explicado en varias oportunidades el exceso de emisión termina estacionado en los Pasivos Monetarios remunerados del BCRA bajo la forma de Pases y Letras.Pero ahora bien, por qué se considera que esto es una herencia positiva. El hecho de que la cantidad real de dinero esté en niveles mínimos, por ejemplo, según datos del Estudio Broda, el agregado monetario M2 privado transaccional se ubica en 7,6% del Producto, apenas por arriba del mínimo alcanzado en el gobierno de Macri (con solo 2,7% del PBI en billetes y monedas) termina siendo una ventaja. Ese aparente beneficio, de heredar un bajo nivel de monetización, conlleva a que en tanto el futuro programa económico sea creíble puede dar lugar a un fuerte aumento de la demanda real de pesos. Por ende, le brindaría al próximo gobierno una especie de “changüí” para emitir si hiciera falta. Hoy con tan bajo nivel de dinero en la economía al Gobierno le cuesta cada vez más cobrar el impuesto inflacionario. De modo que en la medida que se vayan reponiendo los saldos monetarios reales de familias y empresas, eso le permitirá al Gobierno financiarse con este impuesto, ya que nadie espera un derrumbe de la tasa mensual de inflación por los próximos meses.

    “Pero a pesar de que la cantidad real de dinero se encuentra hoy en niveles mínimos hay un exceso de pesos (la sociedad viene cambiando pesos por dólares), pudiendo la demanda de dinero resentirse aún más. El problema aquí es que las expectativas de inflación para los próximos 12 meses según el REM del BCRA ya ascienden a 171% y el fogonazo inflacionario del primer trimestre de 2024 podría empujar aún más al alza las ya elevadas expectativas de inflación, por lo menos en corto plazo, lo cual podría llevar a una disminución de la cantidad real de dinero con depósitos a plazo fijo pagando una tasa de 8% mensual cuando se descuenta una inflación muy superior”, señala el Estudio Broda. Por lo tanto, la llave monetaria pasa por cuán creíble resulte el programa de Estabilización y cuán creíble resulte el próximo gobierno. Por lo tanto, será clave que la sociedad le crea a la próxima administración que la inflación, tras un fogonazo inicial, terminará convergiendo a tasas mensuales de un tercio de las actuales hacia fines de 2024.

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