La CGT alertó por el deterioro del empleo y acusó al Gobierno por la crisis laboral

La CGT se pronunció con dureza sobre lo que considera un potente deterioro de las condiciones laborales que enfrentan trabajadores y trabajadoras en todo el país. Apoyada en datos oficiales y relevamientos gremiales, la central obrera denunció el aumento del desempleo, la pérdida de trabajo registrado y la caída del poder adquisitivo como los signos más visibles de un modelo económico regresivo.

Esta postura ya había sido anticipada desde Azopardo al advertir que, en materia salarial, la dinámica actual combina sueldos a la baja, paritarias intervenidas y precios liberados. El techo salarial impuesto por la Casa Rosada para la negociación colectiva —con la promesa de contener la inflación— opera, para la CGT, como la herramienta principal del ajuste sobre salarios, jubilaciones y pensiones.

Con un dato de alto impacto, difundido a través de sus redes sociales, la CGT señaló que el desempleo alcanzó el 7,9%, el nivel más alto en los últimos cuatro años. Y que, desde la asunción del actual gobierno en diciembre de 2023, se perdieron 210.971 puestos de trabajo y cerraron 13.862 empresas registradas.

A este cuadro se suma el último relevamiento de la Confederación de Sindicatos Industriales de la República Argentina (CSIRA), que focaliza en el retroceso del empleo fabril. Según ese bloque, más de 31.000 puestos industriales desaparecieron en el primer semestre, acompañados por la caída del consumo interno y el desmantelamiento de herramientas de promoción productiva. Los gremios industriales vinculan esta situación a una política deliberada del gobierno que promueve la desprotección del trabajo en favor del capital financiero.

También se destaca el aporte del Foro de Economía y Trabajo (FEyT), integrado por sindicatos, pymes, economistas y académicos. En sus informes recientes, el FEyT alertó sobre una “reforma laboral encubierta” que, sin pasar por el Congreso, transforma las relaciones laborales a través de decretos, resoluciones administrativas y la omisión de controles.

En su diagnóstico más amplio, la CGT advirtió que “el crecimiento del empleo informal no compensa la caída del empleo formal, lo que agrava la precarización laboral”. Los salarios, señalaron, siguen sin recuperar terreno frente a la inflación, profundizando el deterioro del poder adquisitivo.

Cuestionando el “optimismo” oficial sobre la “buena salud de los sueldos”, la central obrera incorporó una crítica extendida en el universo gremial: la práctica empresarial de aumentar el pago de horas extras en lugar de generar puestos de trabajo. “Eso reduce las oportunidades laborales y recorta derechos adquiridos”, alertaron.

Como ya publicó BAE Negocios, el fenómeno de que un mismo núcleo de trabajadores incremente su salario solo por trabajar más horas —y no por mejoras reales en la estructura salarial— fue identificado por economistas y especialistas como parte de una nueva normalidad productiva, que mantiene los niveles de empleo formal a costa del desgaste físico y emocional de la fuerza laboral.

En este contexto, la CGT reiteró su mensaje central: “Los trabajadores y trabajadoras no deben ser la variable de ajuste, sino la fuerza productiva del país”. Y concluyó, sin eufemismos, que “el gobierno de Javier Milei llevó a esta situación de crisis laboral y económica”, un mensaje común a otras centrales y bloques sindicales.

Fuente: Baenegocios.com

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