El mercado internacional está mirando con mucha atención a China, el mayor comprador mundial de alimentos, y se encienden algunas alarmas. Si bien en 2023 su crecimiento económico del 5,2 por ciento cumplió con el objetivo del gobierno, para 2024 el Fondo Monetario Internacional pronostica que se desacelerará al 4,6 por ciento y caerá más aún en el mediano plazo.
«A causa de los duros controles impuestos durante la pandemia, la economía china ingresó en una fase de desaceleración de la cual no está pudiendo salir al ritmo de lo esperado», indicaron analistas del Rosgan, el mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Por eso, el mercado viene observando muy atentamente el desarrollo del Año Nuevo Lunar y las festividades de primavera que se extienden desde el 26 de enero al 5 de marzo en el gigante asiático, durante las que se produce la mayor migración del planeta (1800 millones de viajes comerciales en 40 días) y resultan un indicador del consumo futuro de los chinos. «Se cree que, si el año no comienza bien y los consumidores no gastan suficiente dinero durante estas festividades, la economía China seguirá en deflación por mucho mas tiempo», explicaron desde el Rosan.
Analistas y compradores aseguran que en 2024, los consumidores chinos -especialmente los jóvenes- reconsiderarán sus hábitos de consumo, centrándose más en lo estrictamente necesario. Actualmente, la oferta es mayor a la demanda, debido a que los consumidores no tienen dinero suficiente, lo que deriva en una caída general de los precios, algo que viene sucediendo en China desde la postpandemia. El IPC (Índice de Precios al Consumidor) en ese país lleva tres meses consecutivos de caída, finalizando 2023 en un 0,2 por ciento anual.
En materia de consumo de carnes, los datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) muestran cerca de dos puntos de caída para este año, marcando el primer retroceso tras la crisis de la Peste Porcina. No obstante, aunque el consumo de carne de cerdo y de pollo caería alrededor del 2,5 por ciento respecto de 2023, el consumo de carne vacuna muestra una tendencia positiva y crecería cerca del 1,6 por ciento este año que lo sitúa en torno a los 11,23 millones de toneladas, de las cuales 3,55 millones (32 por ciento) provendrían de mercados externos. Este dato resulta ligeramente inferior (-0,7%) al estimado para 2023 y sería el primer retroceso anual para este mercado.
De acuerdo con la Aduana china, las importaciones de carne vacuna durante el año pasado llegaron a 2,73 millones de toneladas, un 1,8 por ciento más que el récord alcanzado en 2022. Pero el valor medio de compra por tonelada se desplomó en más de 20 por ciento, pasando de un promedio de USD 6.600 por tonelada en 2022 a USD 5.200 en 2023.
En 2023, el 78,5 por ciento del valor de los despachos al exterior de carne argentina fueron a China pero a un valor promedio 32 por ciento inferior al del año previo. En 2023, el precio promedio por tonelada embarcada a China fue de USD 3.120 contra USD 4.630 en 2022.
China pagó un 58 por ciento menos que otros destinos, ya que el valor promedio de las demás exportaciones de carne vacuna llegaron a los USD 7.530 por tonelada en 2023, lo que representa una caída más moderada del 10 por ciento contra los USD 8.400 obtenidos en 2022.
Además de ser el principal destino de las exportaciones de carne argentinas, por tipo y calidad de producto, el mercado chino representa un complemento perfecto para la integración con el resto de los destinos. «Su elevada participación no deja de generar un alto grado de exposición comercial para la industria local, en especial en contextos como los actuales, con una economía con serios riesgos de ingresar en un proceso de recesión», advirtió el Rosgan.
«El desafío en adelante no solo pasa por aumentar la participación en otros mercados que reporten un mayor valor marginal por cada punto de crecimiento en nuestras exportaciones sino también, por acompañar el desarrollo del mercado chino con la introducción de cortes de mayor valor comercial,atenuando así la elevada dependencia del consumo masivo», sostuvieron los especialistas rosarinos.
En términos reales, los precios en general siguen estando más baratos que hace tres años. La carne vacuna, por caso, se encuentra un 11 por ciento más barata, en promedio, que lo que costaba en 2021, llevado a moneda actual.
En Argentina, durante el último año, la abundante oferta de carne generada por una elevada salida de hacienda debido a la sequía, sumada a un consumo muy debilitado, tanto interno como externo, contribuyó a mantener los valores de la carne vacuna relativamente estabilizados.
Sin embargo, para el Rosgan, es probable que esta relativa contención de los valores tienda a relajarse a medida comience a percibirse la menor cantidad de animales que llegaría a faena en los próximos meses. «Será entonces momento de testear verdaderamente cuán inelástico resulta el consumo de carne vacuna, ante un aumento real y sostenido de precios», señalaron los técnicos del Rosgan.
Fuente: Clarin