La industria cerró el 2023 en rojo: qué se espera para este año

La actividad industrial volvió a caer en diciembre y finalizó el 2023 con una baja generalizada, destacaron diferentes analistas. A la espera del indicador del Indec, que se publicará este martes, los principales indicadores de la industria adelantan variaciones negativas. La caída del consumo y la construcción, producto de la devaluación y el cambio de Gobierno, fueron algunos de los determinantes. El consenso entre los relevamientos es que para el corto plazo, el panorama para el aparato productivo no mejorará. Para que eso suceda, primero será necesario bajar la inflación, y avanzar en recomposición salarial, del crédito y las inversiones.

De acuerdo con el Índice de Producción Industrial (IPI) que mide la consultora Orlando Ferreres & Asociados, en diciembre la producción industrial se contrajo 6,4% al comparar con igual mes del año pasado. Así, acumuló para el total del 2023 una caída de 1,7%. A nivel desestacionalizado, registró una baja mensual de 0,5%. Segmentado por categorías, el relevamiento destacó «la fuerte contracción» que exhibió la industria de metales básicos, seguido por nuevas bajas en alimentos y minerales no metálicos, los dos sectores que en el acumulado del año mostraron las mayores caídas.

En el sector metalúrgico, Ferreres recordó que la Cámara Argentina del Acero había comunicado «que la dificultad para el acceso a insumos y materias primas importadas que se viene repitiendo desde hace más de seis meses terminó por impactar en la actividad productiva del sector». En alimentos, la explicación fue por el bajo nivel de granos para la molienda y la contracción de la faena bovina, «en un contexto donde los productores restringieron la oferta ante la incertidumbre del cambio de gobierno, los anuncios macroeconómicos y la devaluación del peso».

La faena bovina fue uno de los factores que explican la caída en el rubro de alimentos

Con un pronóstico similar, LCG planteó que los indicadores líderes de la industria adelantan variaciones negativas. Por ejemplo, según sus cálculos, el sector automotor, uno de los rubros más dinámicos de la economía local durante el año pasado, cayó un 13% mensual desestacionalizado en diciembre, mientras que bajó un 0,4% contra el mismo mes de 2022 según números de ADEFA. «Por ello, esperamos que el IPI marque una caída en torno al 0,5 % mensual, consistente con una contracción del 3% anual«, argumentó la consultora.

LCG planteó que para diciembre esperan que la actividad en la construcción, sector ligado directamente a la industria de minerales no metálicos, marque una contracción cercana al 1% mensual diciembre. En esta línea, Ferreres resaltó que la producción de cemento portland mostró una contracción de 12,9%, «quedando como la merma más grande del año y la más importante desde mediados de 2020».

A nivel pyme, hace unas semanas se conoció que el nivel de actividad que mide la la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) cayó en diciembre un 26,9% contra el año anterior.

El consumo tampoco ayudó a la industria. En diciembre, el Indicador de Consumo de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) mostró una contracción de 2,4% frente noviembre, mientras las ventas minoristas cayeron 13,7% anual en diciembre para la CAME.

Lo que se espera para 2024

El consenso no es promisorio para este año. «El consumo interno permanecerá por lo menos por varios meses en niveles bajos, afectando la demanda agregada, y quedan aún dudas sobre la evolución que tendrán varios sectores industriales en el modelo económico y productivo que impulsa el actual gobierno», planteó Ferreres.

Mientras, desde la Fundación FIEL trazaron una comparativa con la situación del entramado productivo a finales de los años ochenta y principios de los noventa, en un contexto hiperinflacionario, en la antesala a la Convertibilidad.

El martes 6 de febrero se conocerá el Índice de Producción Industrial del Indec

En aquel momento, recordaron, «los sectores que mostraron mayor contracción se asociaron a aquellos vinculados a la inversión o al consumo de durables, derivado del alto costo del financiamiento y de la caída del poder de compra del salario», mientras que en la vereda opuesta se encontraron los sectores de actividad «con capacidad de inserción en los mercados internacionales».

«Lo anterior tuvo su correlato en un mejor desempeño de las exportaciones manufactureras, especialmente aquellas de base industrial, que compensaron la contracción del mercado interno y que permitieron sostener la actividad manufacturera«, destacó el informe que lleva de firma de Guillermo Bermúdez.

De todas maneras, concluyó el análisis, «será crucial la velocidad en el que las correcciones de precios relativos y el ordenamiento fiscal y monetario permitan un rápido abatimiento de la inflación, la recuperación del crédito, las inversiones y el consumo».

Fuente: Baenegocios.com

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