La industria vitivinícola enfrenta el desafío de recuperar su competitividad

Coletazos de una sequía históricaHeladas tardías y fuertes granizos que afectaron la cosecha de uva. Un mercado interno golpeado por la elevada inflación y la consecuente pérdida de poder adquisitivo. Vaivenes en los incentivos a la industria, sobre todo en materia de retenciones. Y, como si fuera poco, la consolidación de nuevos hábitos globales en el consumo de alcohol, que compiten directamente con el vino argentino de exportación. Este combo de factores dio como resultado números negros para las exportaciones del complejo vitivinícola argentinolas ventas al exterior se desplomaron un 25,7% en 2023 y un 12,2% en el primer trimestre de 2024. Sin embargo, referentes del sector se muestran optimistas respecto de un eventual repunte para este año, especialmente de la mano del malbec, el varietal insignia con el que se referencia a la Argentina en el mundo.

Las últimas cifras de esta cepa en particular permiten trazar una radiografía de la industria en el mercado interno y -en especial- externo. Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), el año pasado cerró con 1.212.645 hectolitros de malbec comercializados en los mercados internacionales, lo que representa el 69,3% del volumen total de varietales exportados, por un equivalente a US$410,5 millones. De este monto, el varietal fraccionado (en botella) representa el 71% en volumen, con 861.488 hectolitros, y el 91% en valor, con US$373,3 millones. De allí la gravitación del malbec para los números generales de una industria tradicional que busca remontar sus ventas -”o al menos no seguir cayendo”, según confían en el sector- ante un mercado local e internacional exigente, plagado de desafíos económicos, pero también culturales.

“A medida que va mermando la brecha cambiaria y recuperamos cierta competitividad, las exportaciones empiezan a aumentar”, afirmó a LA NACION Alejandro Vigil, presidente de Wines of Argentina (WofA), la entidad responsable de la promoción del vino nacional en los mercados mundiales. Fue en el marco de la 14ta edición del Día Mundial del Malbec, celebrado el pasado 17 de abril con un evento en la Cancillería Argentina, la campaña de la industria vitivinícola argentina de alcance internacional, que este año tuvo como lema “better for the world” (mejor para el mundo) y foco en la sostenibilidad del producto estrella.

“Si bien en 2023 los números no fueron buenos, ahora vemos que hay una neta tendencia positiva; que va cambiando el humor del vino argentino en el mundo y nos vuelve a posicionar. Estimo que nos va a llevar otro trimestre más, pero por lo que estoy viendo, [la industria] va levantando”, aseguró Vigil, también enólogo de Catena Zapata.

Consultada acerca de las razones que llevaron a la industria a venir de una mala performance en el mercado externo, Magdalena Pesce, gerenta general de WofA, precisó: “Es una combinación de factores, es multicausal. Por un lado, está la situación propia de recesión en algunos países, la inflación en dólares y también un factor psicológico de incertidumbre, respecto de qué va a pasar. Entonces los consumidores se resguardan más y dejan de gastar en vino. Y por otro lado, hay que considerar los nuevos patrones de consumo, que ya los venimos viendo desde la pandemia y que se han consolidado en estos últimos años”.

Cabe destacar que, al decir “nuevos hábitos de consumo”, en el sector se refieren a la preferencia de otras bebidas por parte de los segmentos más jóvenes, como tragos o cerveza, e incluso bajas de graduación alcohólica, pero también a las tendencias de no consumo o “antialcohol”, que han proliferado en los últimos años, especialmente en Estados Unidos y Europa, uno de los principales mercados de exportación de la Argentina. “Tenemos ese escenario afuera, sumado a un mercado interno complejo, que nos resta competitividad directamente. Sin embargo, los mercados externos se van acomodando. Estamos expectantes”, agregó Pesce.

Más rentabilidad

Además de las variables globales, sectores de la industria vitivinícola reconocen cierta pérdida de productividad por los factores internos ya mencionados y, también, por la elevada calidad del vino argentino, que en parte se expresa en la falta de cobertura para los segmentos más bajos, consumidores de vino a granel. A tal punto, que semanas atrás se desató la polémica en la industria tras la decisión de Grupo Peñaflor, principal asociación empresaria del sector, de importar 4 millones de litros de vino genérico desde Chile, a un precio similar al local. Esto generó malestar en algunos viñateros y asociaciones de la región de Cuyo.

Fuente: Lanacion.com

 

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