El crecimiento de producción apuntala las ventas externas de crudo, en tanto que el incremento de gas permite reducir hasta 70% las importaciones, lo que en conjunto conforman la senda del superávit par 2024.
La producción de petróleo y gas en la Argentina sigue apuntalando su trayectoria ascendente año tras año, en particular a partir del desempeño que están demostrando las operaciones en Vaca Muerta que permiten la superación de metas cada mes.
Esa evolución volvió a permitir un nuevo comienzo de año con crecimiento interanual, ya que en el primer trimestre la producción de crudo creció un 8,2% respecto al mismo período del año pasado, y a la vez alcanzó el cuarto año consecutivo de crecimiento entre trimestres para la extracción petrolera y un máximo que no se veía desde 2004.
En una tendencia alcista más moderada, la producción de gas creció un 2% en el primer trimestre del año, y no sólo también marca el cuarto año consecutivo de crecimiento sostenido en la producción sino que alcanza su nivel más alto desde 2009 para un primer trimestre.
De esta manera, con producción al alza, exportaciones en niveles nominales récord e importaciones decididamente a la baja se ratifica el sendero del superávit de la balanza energética. Es que luego de un déficit comercial energético de US$ 4.400 millones en 2022, y un equilibrio en 2023 el país podría alcanzar un superávit de US$ 4.000 millones, según había estimado semanas atrás la consultora Economía & Energía.
En esa ecuación se destaca que las ventas externas de crudo alcanzarán este año más de US$ 5.000 millones, con un aumento del 30% respecto del año anterior, vinculado a esa mayor producción de petróleo en los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta y al efecto de las primeras ampliaciones de la capacidad de evacuación de crudo tanto hacia el Atlántico como al Pacífico.
Un buen indicador del nivel de actividad en la extracción no convencional se muestra en términos de etapas de fractura, a diferencia de los yacimientos convencionales, cuya actividad es medida por cantidad de pozos o equipos de perforación activos. En este sentido, de acuerdo con la Fundación Contactos Energéticos, en marzo pasado se batió el récord mensual de fracturas registrado para Argentina, superando por más de un 17% la marca anterior, de septiembre de 2023.
Con estas perspectivas, distintas proyecciones en la industria indican que el 2024 podría cerrar con subas del 7% y 5% en la producción de petróleo y gas. De ser así, los niveles de producción se encontraría entonces en máximos desde 2004 y 2008 respectivamente para estos hidrocarburos.
En el primer trimestre del año más del 52% del petróleo extraído fue por métodos no convencionales, lo que marca una evolución exponencial ya que la participación de ese recurso se ubicaba en el 19% hace 5 años y en el 1% hace 10 años.
El comercio exterior
También en el arranque del año, con más de US$ 2.200 millones en el primer trimestre el complejo petrolero petroquímico marcó un máximo nominal para sus exportaciones. Con un crecimiento del 13% respecto al mismo trimestre del año pasado, el petróleo se destacó como el principal renglón de las ventas externas del complejo.
De acuerdo a las cifras oficiales, los aceites crudos de petróleo crecieron más de un 45% en sus exportaciones, y con un contexto de precios levemente alcista en términos interanuales, las cantidades exportadas de estos aceites subieron más de un 38%.
Esto es especialmente relevante, en tanto el petróleo representa más del 51% de las exportaciones del complejo. Por otro lado, el aprovisionamiento de combustibles y lubricantes a buques y aeronaves, segundo renglón de las exportaciones del complejo creció un 20% en dólares y un 33% en cantidades.
En cuanto a las importaciones se destaca que muchos de estos hidrocarburos e insumos se han recortado sustancialmente en vista del crecimiento productivo de la producción local de gas y petróleo argentino. En consecuencia de esa tendencia, las importaciones de petróleo, gas, gasoil y energía eléctrica cayeron un 70% en el primer trimestre del año.
De esta manera, las importaciones de productos hidrocarburíferos pasaron de US$ 1.412 millones en los primeros tres meses del 2023 a US$ 425 millones de enero a marzo de este año. Por otra lado, la importación de aceites de petróleo no crudos cayó un 73%, con las cantidades cayendo un 69%, mientras que se demandó un 22% menos de divisas para importar gas.
Finalmente, en un contexto de mayores precios internacionales, el volumen de gas en estado gaseoso importado cayó un 32%, en tanto que las importaciones de gasoil se desplomaron un 87% en dólares y un 84% en volumen y las de energía eléctrica cayeron un 53% interanual.
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