Sergio Caveggia, socio de Ernst & Young y especialista en al área de Estrategia y Transacciones dio su mirada sobre los aspectos tributarios de la nueva normativa.
De acuerdo con el artículo 162 del texto aprobado en la Cámara de Diputados de la Nación, el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) establece “incentivos, certidumbre, seguridad jurídica y un sistema eficiente de protección de derechos adquiridos” para “titulares de un único proyecto” de inversiones que superen los US$ 200 millones.
El plazo de adhesión son 2 años a partir de que se sancione la Ley Bases, y el Poder Ejecutivo podrá prorrogarlo por un período de hasta un año.
En concreto, el régimen ofrece incentivos fiscales, aduaneros y cambiarios durante 30 años para atraer grandes inversiones.
Durante un webinar organizado por el Mercado Electrónico del Gas (Megsa), Sergio Caveggia, socio de Ernst & Young, se refirió a algunos aspectos clave de esta iniciativa que apunta a darle mayor estabilidad fiscal a los inversores, y habló del impacto que pueden tener este tipo de reformas aduaneras y tributarias.
“Estamos hablando de uno de los regímenes más ambiciosos y genéricos de la historia económica argentina que le da previsibilidad y garantía a las grandes inversiones, especialmente en sectores clave como petróleo, gas y minería, que son de capital intensivo y lleva un tiempo desarrollarlas”, expresó.
En el caso del RIGI de la Ley Bases, no se apunta a potenciar un sector específico. De hecho, en el artículo 165 se especifica que el régimen “resultará aplicable a las ‘las Grandes Inversiones’ en proyectos de cualquier sector”.
Entre los objetivos del RIGI, Caveggia señaló que «el RIGI dice explícitamente que es el propio Estado quien le asegura al inversor que lo va a proteger del mismo Estado, es decir de futuros cambios de gobierno o nuevas administraciones, ya que esta ley genera derechos adquiridos».
“Las grandes inversiones son consideradas por el RIGI como de interés nacional”, agregó, citando el artículo 75, inciso 18 de la nueva Ley de Bases recientemente sancionada por el Congreso Nacional.
Según establece el proyecto aprobado, además de incentivar inversiones nacionales y extranjeras, el RIGI tiene como objetivos promover el desarrollo económico; desarrollar y fortalecer la competitividad de “ciertos sectores económicos”; incrementar las exportaciones de mercaderías y servicios al exterior; así como también, generar empleo, entre otros ítems.
Entre los beneficios salientes para los proyectos que adhieran al régimen normativo, se encuentra la reducción del impuesto a las Ganancias del 35% al 25%, la devolución acelerada del IVA y retenciones cero para las exportaciones que surjan de estas inversiones.
En los pagos al exterior de los proyectos de exportación estratégica, se considerará como máximo que el 30% es ganancia neta de fuente argentina. Si el impuesto es a cargo del pagador no se realiza el incremento de la base de imposición.
En tanto, las importaciones de bienes de capital nuevos, repuestos, partes, componentes y mercadería para consumo: exentas de derechos de importación, de la tasa de estadística y comprobación de destino, y de todo régimen de percepción, recaudación, anticipo o retención de tributos nacionales y/o locales.
“Dará impulso a la economía, a las inversiones y al empleo”, y permitirá “triplicar el nivel de las exportaciones en una década”, dijo el especialista.
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