Luego de viajar desde Dinamarca a Argentina y luego cerca de una semana desde el puerto, llegó a San Juan parte de al menos uno de los molinos que utilizarán en la mina Josemaría de Iglesia. Fue a través de un operativo especial y marcó también un hito: son de las primeras maquinarias de gran escala que ingresan y que serán parte de la construcción del proyecto de cobre.
El traslado de la pieza fue un desafío en sí mismo. Con un carretón de 12 ejes, el elemento de varias toneladas atravesó las rutas. Incluso necesitaron custodia policial en algunos tramos debido a que la pieza sobresale de los límites del vehículo que lo traslada. El tamaño aproximado está alrededor de 20 metros de largo y 3,5 metros de ancho.
El ingreso fue a través de la Ruta 20 y luego llegaron por acceso Este y Circunvalación al predio de la ex Delphi, en Santa Lucía. Allí, según pudo saber DIARIO HUARPE, se trata del primer envío con una pieza de este tamaño, pero luego harían otros traslados de dimensiones similares, en distintas tandas. En total la empresa planea instalar seis molinos en la planta de procesamiento ubicada en la cordillera.
Lo que llegó a San Juan este domingo es un gajo de lo que será uno de los molinos SAG de grandes dimensiones. Para armar uno de estos gigantes necesitarán dos piezas de igual tamaño. La llegada de la primera requirió de un operativo especial porque sobresale del carretón que lo traslada. Mover la máquina entera es imposible, debido su tamaño.
Los molinos SAG hacen la primera etapa de molienda del mineral.
La empresa debe importar también otros elementos de gran tamaño para avanzar con la construcción. Esto incluye camiones y equipamiento de proceso de mina, que según se estima, serán mayores a los fuera de ruta utilizados en Veladero.
Hace un año la compañía danesa FLSmidth comunicó que ellos iban a proveer de tres molinos SAG, molinos de bola y ciclones destinados al proyecto. La compra se concretó en abril de 2022 y estaba previsto que en el segundo semestre de 2023 ingresaran al país, como finalmente sucedió. La compra total que hizo Lundin fue por 600 millones de coronas danesas, que hoy equivalen a 90.445.000 de dólares.
Desde la minera no detallaron cuánto tiempo permanecerán las piezas en Santa Lucía o en qué instancia de la construcción de la mina alta cordillera se hará la instalación. Pero una vez que hayan llegado a este punto deberán trasladar las partes por los 450 kilómetros que separan el Gran San Juan del proyecto ubicado a 4.250 msnm.
Los molinos, un engranaje fundamental
La minería del cobre que desarrollará Josemaría necesitará de procesos distintos a los que ya conocía San Juan, donde en las últimas décadas toda la producción metalífera estuvo relacionada con el oro. La molienda es una de las diferencias más importantes entre una y otra rama de la industria.
Mientras para extraer oro a través de lixiviación, proceso que utilizan hoy Veladero y Gualcamayo, se tritura la roca, en el cobre deben generar un polvo muy fino. El material que extraerán del yacimiento irá primero al molino SAG donde quedará en rocas pequeñas y luego a los grandes molinos de bola, que lo reducirán a unos 300 micrones, similar a la textura de un talco.
Una vez instalada la planta de procesamiento de Josemaría contará con dos tipos de molino, como los que se ven en la imagen.
Este proceso es el que requiere de equipamiento de gran tamaño y también una alta potencia eléctrica. La mayor parte del consumo de energía de Josemaría se deberá a los molinos que utilizarán en la planta.
Luego el polvo se someterá a un proceso de flotación. Esto quiere decir que se le agregará agua y un compuesto que ayuda al cobre a volverse hidrofóbico, que repele el agua e inyectarán aire. De esta manera el metal quedará flotando para luego ser extraído en un barro que se filtra para quitarle el 90% del agua. Este último resultado es el concentrado de cobre que comercializará Josemaría.
Un signo de movimiento
Si bien la empresa Josemaría Resources manejó la llegada de la pieza con hermetismo, la primera logística de grandes maquinarias es también un signo para el empresariado proveedor local. Es que luego de la aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental en abril de 2022 hubo versiones cruzadas en cuánto a qué avance estaba teniendo el proyecto.
Las últimas declaraciones a la prensa de parte de la empresa fueron en marzo de este año, cuando el anuncio de venta de acciones vinculadas a la mina generó miedo de una venta. En ese momento Alfredo Vitaller, gerente del proyecto, aclaró que no se trataba de una venta, sino de un proceso normal de «financiación» y reforzó que la prioridad era avanzar en la construcción una vez terminada la fase de permisos sectoriales.
La llegada de las primeras piezas importadas llega justo mientras hay versiones de contradictorias. Por un lado, proveedores mineros venían hablando de un proceso «ralentizado» de construcción, mientras la empresa reforzaba que se encontraban avanzando.
Fuente Diario Huarpe