En la apertura de la temporada alta de las paritarias la CGT volvió a ratificar su oposición al otorgamiento de sumas fijas para aminorar la corrosión salarial. Además manifestaron que colaboran con el esquema antiinflacionario que dispuso la Casa Rosada. «Lo respaldamos porque sabemos que se está haciendo el esfuerzo necesario», dijeron.
El argumento del sector dialoguista y dominante de Azopardo es que las sumas fijas «lo único que hacen es achatar las categorías y dejan sin esencia a las paritarias». Así lo manifestó el secretario adjunto de la CGT, Andrés Rodríguez (UPCN), quien suele ser la voz cantante de las definiciones más potentes en materia política y salarial.
El estatal consideró que la posición «corresponde a la inmensa mayoría de la CGT». No obstante vale recordar que tanto el sector moyanista (Fresimona) como la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT) sostienen lo contrario y polemizaron a cielo abierto en 2022.
La traza que separa ambas destaca al kirchnerismo, ya que dicha línea considera imprescindible adosar sumas fijas o al menos bonos para «apuntalar las paritarias».
A favor de la suma fija hay expertos en el área sindical y salarial que sostienen que en realidad esa alternativa, «reduce las diferencias/desventajas para negociar los convenios de salarios que poseen las organizaciones gremiales más pequeñas a diferencia de los sindicatos más potentes».
Así lo recordó el abogado laboralista Luis Roa a BAE Negocios, sustentando que ambas alternativas con complementarias. «Se puede así elevar los salarios de las categorías más bajas y un efecto arrastre sobre las categorías superiores», resumió.
Mientras se discuten algunas paritarias en tono de confrontación como los bancarios, que este lunes volverán a la mesa de negociación bajo conciliación obligatoria y plan de lucha decretado, en pocas horas se abrirá también la puja para sindicatos que en su total representan a 3.000.000 de trabajadores y trabajadoras. No es un dato menor que el 6% de inflación en enero causó preocupación generalizada en todos los gremios, que ya se habían opuesto -sin grietas- a pauta salarial del 60% que declamó el Gobierno, y reclamaron soluciones políticas a la inflación.
Desde la CGT, Rodríguez no dudó en afirmar que las sumas fijas y las paritarias se contradicen. «La paritaria conforma un salario con una estructura sólida. Una suma fija es una salida de emergencia pero no se necesita porque las paritarias están en plena ejecución», dijo el líder de UPCN.
Va de suyo que los dichos del estatal son compartidos por las organizaciones con mayor poder histórico en la CGT, alineados al ala no kirchnerista del Gobierno, a punto tal que el año pasado cuando se debatió públicamente desde el oficialismo la cuestión salarial, el presidente Alberto Fernández manifestó los mismos argumentos que semblanteo en esta ocasión Rodríguez.
Otros dirigentes dialoguistas le remarcaron a este diario la misma posición en incluso, ante emergencia como el tsunami inflacionario de 2022, argumentaron que «Si hay un desfasaje hay capacidad para volver a negociar, de allí que todas las paritarias se acuerdan con la revisión pertinente».