¿Sin plan económico?

A diez días del balotaje, el presidente electo Javier Milei no tiene aún nombres definidos para las áreas críticas, ni plan y mucho menos una propuesta.

Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego. Desde la elección presidencial victoriosa, Javier Milei ha recorrido un trayecto no exento de contradicciones. Sorprende hoy lo que ayer era impensado: moderación, ahora, en las propuestas: repliegue en su política exterior y el abrazo fraterno con la casta política.

Como suele ocurrir, la etiqueta de “pragmático” pareció quedarle como anillo al dedo. La leña y el bosque. Y ya se sabe: todos los medios son buenos cuando son eficaces

Sin embargo, a pesar del diagnóstico, hay elementos que inquietan. En numerosas cuestiones, Milei parece estar dispuesto a aceptar aquello que le viene dado. Como si la satisfacción emergiera del hecho de sentirse parte de un presente que lo tiene como protagonista. Si es así, ¿qué programa de gobierno piensa aplicarse?

Quizás convenga preguntarse si acaso hay un plan que ejecutar o líneas de acción preestablecidas. ¿Si no lo hay? Ningún sendero estudiado para la economía, ni medidas que puedan conducir el ciclo económico. Esto, con excepción del “shock fiscal” que derivará, por obra de arte, en un proceso donde primero habrá que sufrir para después beneficiarse.

Ahí están las “selfies” turísticas, en la entrada de la Casa Blanca, junto a Luis Caputo, convertido en 72 horas en futuro ministro de Economía. Y un viaje a EE.UU. sin resultado concreto con excepción del Zoom que mantuvo desde Bs. As. con la titular del FMI. También están los testimonios de los que quedaron afuera cuando habían sido sumados, Ocampo, Rodríguez, Fernández, Sturzenegger, la idea de dolarizar, la quema del Banco Central…

A diez días del balotaje, no hay nombres definidos, ni plan y mucho menos una propuesta. No sea cosa que, ya en el medio del bosque, y de tanto evocar la fogata, se le olvide pensar en el camino.

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