La Secretaría de Industria midió en febrero que la producción industrial mejoró 0,6% en comparación con enero, aunque consultoras privadas esperan números negativos
El Gobierno estimó que en febrero la actividad industrial registró una mejora en su nivel de producción, una hipótesis que es discutida por algunas consultoras privadas.
El Indec había marcado en enero una mejora, contra el mes anterior, de 0,7%, tras el cierre de 2022 con una contracción de 1,2 por ciento. Un informe elaborado por la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo estimó, con un índice adelantado para febrero, que a ese 0,7% le habría continuado otra de 0,6 por ciento.
“La producción industrial creció 0,5% interanual y 10,1% respecto al mismo mes de 2019. Respecto al mes anterior, la industria también registró un crecimiento del 0,6% sin estacionalidad acumulando dos meses de crecimiento consecutivo. Así, se registró la producción más alta para un primer bimestre en cinco años. El índice adelantado toma como referencia el consumo de energía sobre la base de Cammesa”, indicó el reporte mensual del Centro de Estudios de la Producción (CEP XXI).
Una medición de la Fundación FIEL da cuenta de que la tendencia de actividad fabril, que suele ser medida de manera mensual por ese centro de estudios, empezó a mostrar en los últimos meses algunos números en rojo y que desde marzo, incluso, las comparaciones interanuales también podrían empezar a dar en negativo.
“La industria en enero creció 3,5% respecto de enero 2022 (ese mes de 2022 Omicron obligaba a cerrar, y la actividad cayó) y en febrero cayó 1,5% interanual y 1% desestacionalizado”, mencionó a Infobae Juan Luis Bour, economista de FIEL.
En ese sentido, remarcó que “las (cifras) mensuales son negativas desde septiembre (a febrero). Los desestacionalizados oscilan desde septiembre en negativos y positivos, con tendencia negativa. Los indicadores de ciclo son negativos. Pero los interanuales también oscilan un mes negativo otro positivo. Desde marzo podríamos esperar números predominantes negativos”, aseguró.
Los factores que explican cómo podría continuar el nivel de actividad, principalmente la fabril, en la economía argentina fueron abordados por un informe de la Unión Industrial Argentina (UIA), que remarcó recientemente: “El crecimiento que venía manifestando la actividad industrial comenzó a mostrar una desaceleración hacia fines de 2022, en un contexto de mayores restricciones a la importación de insumos, elevados niveles de inflación y suba de tasas de interés, sumado a una mayor base de comparación”.
En ese sentido, desde la central fabril anticiparon que “los primeros datos de 2023 indican que esta tendencia se mantuvo y que se podría acentuar. El relevamiento con datos de enero indicó, una merma en los indicadores de producción, ventas y empleo, que excede a cuestiones estacionales” y anticiparon, para los próximos meses, “un menor nivel de actividad”.
A propósito, la entidad industrial aseguró que según una encuesta a ejecutivos del sector, “el relevamiento identificó que el 45,2% de las empresas encuestadas registraron en enero una caída en la producción respecto del promedio del cuarto trimestre de 2022, alcanzando el valor más alto de toda la serie. En tanto, sólo el 15,6% de ellas indicaron que la incrementaron durante dicho período”.
“Si bien existe un efecto estacional (con menores niveles de actividad durante los meses de verano por paradas de planta y vacaciones), el porcentaje de empresas con subas en la producción había sido de 21,5% en enero de 2022 (que incluso se había visto afectado por la tercera ola de covid-19), mostrando efectivamente una desaceleración de la producción durante el inicio de 2023″, continuó.
En un panorama más amplio, más allá de la realidad fabril, desde la consultora LCG esperan que en enero la actividad económica general muestre, para el inicio de año, números nulos o levemente positivos.
“Algunos indicadores fueron buenas como industria, construcción, la recaudación de IVA, que estuvo bien. Pero de todas formas estuvo limitada la actividad por las importaciones y la caída del salario real, son datos mixtos que resultan en un número nulo o levemente positivo”, dijo a Infobae Guido Lorenzo, director de esa consultora. Este miércoles el Indec dará a conocer el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) de enero.
La última semana el organismo estadístico publicó el dato final de crecimiento del PBI en 2022. El producto creció 5,2% a lo largo del año, sostenido principalmente por un avance del 9,4% en el consumo privado y una recuperación del 10,9% en la inversión. De todas formas, la secuencia muestra que en la última parte del año la economía despidió el año con una caída de -1,5% en el cuarto trimestre. “La dinámica contractiva de los últimos 4 meses del año, deja un arrastre de -0,4 puntos porcentuales para 2023″, estimó LCG.
Es todavía una incógnita cuál será el impacto final que tendrá en el PBI la severa sequía que impactó en la producción agropecuaria, y que amenaza con derramar en otros rubros, a lo largo de 2023. Por lo pronto, el consenso del mercado en el REM del Banco Central arroja una estimación de contracción de la economía de 0,5% para este año.
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