
Los datos de la economía en líneas generales son heterogéneos, pero predomina la baja. El Monitor de Desempeño Industrial (Índice MDI) que realiza la Unión Industrial Argentina (UIA) con el fin de adelantar el ciclo de actividad, se ubicó en 45,8 en abril de 2025.
Preocupación empresaria
El análisis de la UIA señaló que por segundo relevamiento consecutivo, los costos de producción se posicionaron como la principal preocupación empresaria, situación que desplazó la caída de la demanda de otras industrias que lideró en los dos relevamientos previos. “El 30,4% señaló a los costos como su principal inquietud, entre los que se destacaron los salariales (43,6%)”, agregó el relevamiento de la Unión Industrial Argentina.
“Hay cosas positivas de este modelo, pero los aumentos que se dan en la industria y que atañen al alto costo en dólares hace que quedemos fuera de la competencia”, señaló Mauricio Badaloni, miembro del comité ejecutivo de la Unión Industrial Argentina. En este marco, sumó que el sector privado está envuelto en un círculo vicioso que no ayuda. Esto porque no ha habido una baja de los altos costos impositivos ni se perciben incentivos para apostar por la producción.
El economista Raúl Mercau, director de la carrera de Ciencias Económicas de la UNCuyo, destacó que hay datos contrapuestos con relación a la actividad. Así, mientras por un lado en el primer trimestre ha habido una recuperación real del salario, por el otro se observa una caída del empleo. En consonancia con el análisis de la UIA, el profesional señaló que en los tres o cuatro primeros meses del año, la mayoría de las actividades registraron números negativos con especial caída del sector industrial.
“Hay que mirar muy de cerca los precios relativos que favorecen más a los servicios que a los bienes, lo que se correlacionan con el atraso cambiario y una cuenta corriente negativa (salen más dólares de los que entran)”, puntualizó Mercau. En esta línea, hay dos sectores que se salvan o que parecen estar afuera de la baja y en general son los bienes durables. Desde la perspectiva de Badaloni el aumento del salario en dólares ha mejorado el consumo de autos, inmuebles y electrodomésticos.
Esta situación se contrapone con la baja del consumo masivo en donde el comercio minorista y los supermercados han bajado en los primeros cuatro meses del año. Aunque puede no ser el factor determinante, la pronta partida de Carrefour podría ser un síntoma de esta situación de alerta. En este marco, el referente de la Unión Industrial observó que pese al incremento del salario en dólares, el aumento de los servicios ahora se lleva una porción mayor tanto para las personas como para las industrias.
“Aunque está claro que no se podía seguir con el esquema anterior, vemos que no hay medidas que busquen igualar la cancha para que las empresas podamos competir”, subrayó Badaloni. Aquí hay distintos puntos que desde la Unión Industrial pusieron el foco en donde no solo alertaron por el crecimiento de las importaciones sino también del contrabando. Por otro lado, el financiamiento continúa caro y atenta contra la inversión y el sistema industrial local.
En esta línea, el referente industrial comentó que desde la UIA se entiende que la desregulación no alcanza para emparejar la cancha y que por el momento no hay incentivos para la producción. ¿Qué implica esto? Fomentar no solo la inversión sino también la formalidad. Es decir, que deje de ser tan conveniente vender o trabajar sin registro dado a los altos tributos que deben pagarse y que en el contexto actual golpean fuerte contra los márgenes de rentabilidad y posible supervivencia de las empresas.
“Es importante desarmar el costo argentino que hace que un producto fabricado acá sea más caro que, por ejemplo, en Chile”, expresó Badaloni con relación a la alta preocupación por los costos que existe entre los miembros de la Unión Industrial. Es preciso recordar que el precio de casi todos los bienes tienen un 50% de carga impositiva y que esto hoy erosiona las rentabilidades y atenta contra la producción nacional con los riesgos de mediano plazo que ello implica. El compromiso no solo debe ser nacional sino también provincial y municipal.
“El Estado nacional ha dado de baja a 50.000 personas y Mendoza no está exenta. La pregunta es quién va a tomar a esas personas si no hay incentivos para que el sector privado lo haga”, reflexionó Badaloni. Así, más allá de la llamada Ley Pyme que busca tanto la UIA como otras entidades empresarias, pretende que se hagan microajustes para que los productos locales puedan ser más competitivos de lo que hoy son a escala regional y global.
Fuente: losandes.com.ar