Industria en alerta: la encuesta de la UIA refleja contracción, menor inversión y expectativas moderadas

El Monitor de Desempeño Industrial de julio marcó 45,3 puntos. La caída de la demanda interna, los costos laborales y la competencia de importaciones concentran las preocupaciones de las empresas.

Una tendencia que no se revierte

La tercera Encuesta de Indicadores Industriales y Expectativas del Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA), correspondiente a agosto de 2025, confirma el deterioro prolongado de la actividad manufacturera. El Monitor de Desempeño Industrial (MDI), inspirado en la metodología del Purchasing Managers’ Index (PMI), se ubicó en 45,3 puntos, por debajo del umbral de expansión. Es el decimotercer relevamiento consecutivo en terreno contractivo, lo que configura una recesión persistente en el núcleo de la producción.

El dato muestra una leve mejora respecto de julio de 2024 (44,3 puntos), pero quedó estable frente a abril de este año. La dinámica general continúa signada por más empresas que reportan caídas que las que registran alzas en producción, ventas y empleo.

Producción y ventas bajo presión

El 36,3% de las firmas redujo su nivel de producción en comparación con el segundo trimestre, mientras apenas un 21,8% reportó subas. En el mercado interno, el panorama resultó aún más crítico: el 43,5% informó bajas en sus ventas, contra solo un 18,6% con alzas.

Las exportaciones tampoco lograron compensar la debilidad doméstica. Tres de cada diez compañías declararon descensos en sus ventas externas, mientras que apenas 16,6% señaló incrementos. El índice de difusión de exportaciones se mantuvo en terreno negativo, aunque con una brecha algo menor que en relevamientos previos.

Los sectores más golpeados fueron Calzado y cueros, Textiles e Instrumentos médicos, que lideraron los registros de caídas tanto en producción como en ventas. En contraste, solo Alimentos, bebidas y tabaco, junto con Químicos y petroquímicos, lograron ubicarse por encima del umbral de 50 puntos.

Empleo en retroceso

Uno de los datos más preocupantes es la dinámica del empleo industrial. El 24,4% de las compañías redujo personal en julio, alcanzando el mayor nivel de la serie, similar al registrado en abril de 2024. Por primera vez en cuatro relevamientos, la reducción de puestos (19,4%) superó a la disminución de turnos (18,9%), lo que sugiere que las firmas comienzan a implementar medidas más drásticas de ajuste.

El empleo no solo se contrae en las micro y pequeñas empresas. Las medianas y grandes también muestran retrocesos, con una proporción más elevada de reducciones que en segmentos anteriores.

La demanda interna como epicentro de la crisis

Al consultar sobre los principales desafíos, el 40,1% de los industriales señaló la caída de la demanda interna como el factor más preocupante. De ese total, el 22,5% se refirió a la demanda de otras industrias, mientras que el 17,6% mencionó la de los hogares.

El aumento de costos ocupó el segundo lugar entre las preocupaciones (21,4%), con el componente laboral como el factor de mayor incidencia (42,1% dentro de quienes lo señalaron). Las dificultades para competir con productos importados completan el podio, con 19%.

A esta combinación se sumó un dato inquietante: más de la mitad de las empresas observó un incremento en la oferta informal de productos, y una de cada cuatro lo calificó como “significativo”. El 55% de ellas admitió haber perdido ventas o participación de mercado por la competencia del contrabando.

Pagos, financiamiento y asfixia financiera

El 44,1% de las compañías relevadas manifestó dificultades para cumplir con al menos un pago —salarios, proveedores, compromisos financieros, servicios públicos o impuestos—, lo que representa el nivel más alto de los últimos relevamientos. El 5,3% reconoció problemas en todos los rubros.

El acceso al crédito bancario se mantuvo restringido. El 39,6% de las empresas buscó financiamiento, pero el 42,8% no consiguió el monto requerido. La restricción golpea sobre todo a las PyME: mientras que todas las grandes accedieron a financiamiento total o parcial, casi una de cada cinco micro y pequeñas no obtuvo crédito. Las altas tasas de interés y la incertidumbre macroeconómica se mencionan como principales barreras.

Frente a la falta de crédito, dos de cada tres empresas debieron recurrir a fondos propios para sostener operaciones, y el 28,6% reconoció dificultades de pago.

Capacidad instalada e inversión en retroceso

La utilización promedio de la capacidad instalada se ubicó en 55,8%, con un 65,7% de las firmas por debajo del nivel considerado óptimo. Apenas el 12,5% espera alcanzar ese nivel antes de 2026, lo que refleja expectativas de recuperación cada vez más postergadas.

El clima de inversión también se debilitó. Solo el 45,2% consideró oportuno adquirir bienes de capital, mientras que el 62,5% lo percibió así en innovación y procesos. En todos los casos se observó un retroceso respecto de los últimos relevamientos.

Expectativas en descenso

Las percepciones sobre la evolución de la economía son cada vez más moderadas. El 48,6% de los industriales prevé que su empresa estará mejor en un año, frente al 57,8% que lo creía en abril. A nivel sectorial, las expectativas de mejora cayeron al 46,4% y, en el plano nacional, al 53,1%, once puntos menos que en el relevamiento anterior.

El contraste entre expectativas y resultados fue notorio. Mientras el 67% de las empresas esperaba una mejora económica del país en 2025, apenas el 29,2% afirmó que efectivamente se había concretado.

Una radiografía de las PyME

En las pequeñas y medianas empresas se replicó la tendencia general: predominio de caídas en producción, ventas y empleo. Sin embargo, las diferencias fueron más marcadas. El índice de difusión de producción en micro y pequeñas fue de -21,7 puntos, frente a casi equilibrio en medianas y grandes. En ventas, la brecha negativa alcanzó -29,4 puntos en las primeras, contra -16,3 en las segundas.

El empleo mostró un patrón común de reducción en todas las escalas, aunque con matices: mientras que el 22% de micro y pequeñas redujo personal, el porcentaje ascendió a 29% en medianas y grandes.

Perspectivas

La tercera encuesta de la UIA en 2025 dibuja un escenario de contracción prolongada, donde los factores coyunturales se combinan con restricciones estructurales. La caída de la demanda interna, la presión de los costos laborales y la competencia de importaciones conforman un triángulo crítico que limita la recuperación.

El financiamiento caro y escaso se suma a un panorama de baja utilización de la capacidad instalada y de expectativas postergadas sobre la inversión. El resultado es un sector que resiste, pero que todavía no encuentra señales de cambio en el horizonte inmediato.

La industria argentina se enfrenta a un desafío que trasciende la coyuntura: recuperar la confianza en su futuro y construir condiciones de competitividad en un contexto global donde los márgenes de error se achican.

Fuente: mercado.com.ar

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