Aumentó la deuda en U$S 30.000 millones y llegará a la elección con una inflación de 120%. A su vez no pudo recomponer el poder adquisitivo de los salarios, aunque mejoró el nivel del empleo.
Aun año de asumir al frente del ministerio de Economía, Sergio Massa, cumplió su objetivo de convertirse en aspirante presidencial del oficialismo, pero la campaña electoral lo ubicó en la incómoda posición de tener que disimular su gestión y plantear promesas que lo exponen al contraste permanente con los resultados obtenidos en estos últimos doce meses.
El 3 de agosto 2022 Massa irrumpió en el Poder Ejecutivo Nacional desplazando a la fugaz Silvina Batakis del ministerio de Economía, sumando bajo a su ejido de poder las secretarías de Agricultura, Comercio y Energía, además de una silla en el Directorio del Banco Central, con el objetivo de ejercer sin obstáculos el poder de la lapicera.
Pese a los regates y gambetas dialécticas, Massa se enfocó en llegar a estos días siendo un merecido postulante de la unidad del peronismo al sillón de Rivadavia, pero la sumatoria de indicadores económicos deja más en el debe que en el haber.
Entre los factores más negativos aparece la aceleración de la inflación. Cuando Batakis dejó el Palacio de Hacienda, la inflación interanual –que prácticamente se le puede adjudicar en su totalidad a Martín Guzmán- era de 71%. Desde ese momento, la suba de precios anualizada apunta a 120%. El dato de julio que completará un año del ciclo de Massa se conocerá el martes 15 de agosto, dos días después de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).
Manejando la secretaría de Comercio a través de Matías Tombolini, Massa diagramó una estrategia de “alineación de expectativas” con un sendero de aumentos de 4% mensual. Lo intentó a través del programa “Precios Justos”, que abarcó desde alimentos hasta las cuotas de los colegios privados y que tenía como destino final llegar a abril de 2023 con un índice inflacionario que empezara con “3″; pero el plan fracaso a los pocos meses.
Respecto del manejo de la deuda pública, Massa la incrementó en el orden de los U$S 30.000 millones. Los datos de la secretaría de Finanzas, muestran que a junio alcanzó a U$S 403.809 millones, unos U$S 23.000 millones más en agosto de 2022. A esta cifra aún se le deben computar los U$S 7.500 que se sumarán cuando el FMI realice el desembolso previsto en dos semanas.
Sin acceso al mercado internacional, el incremental de deuda tiene la característica estar nominada en pesos y en su mayoría con cláusulas que le permiten al inversor elegir si el ajuste se realiza por evolución de la inflación o la variación del dólar oficial; condiciones que tuvieron que ser aceptadas en todas las licitaciones y canjes realizados para poder hacer frente a los múltiples vencimientos mensuales.
Por su parte, el dólar “blue” registró un aumento de 87%, al pasar de $ 298 a $ 558, según el cierre de este miércoles. A su vez, el dólar oficial pasó de $ 132,42 a $ 290,27, lo que implica un alza de 120%.
Bajo el compromiso de no aplicar una devaluación, Massa fue consumiendo las reservas del Banco Central que se agotaron a causa de la sequía que anuló los ingresos en el primer semestre de este año. En consecuencia, las reservas netas serían negativas en unos U$S 9.500 millones.
La falla hídrica que se prolongó desde el último trimestre de 2022 hasta el primer cuatrimestre de este año también generó una fuerte caída de la actividad económica. En agosto de 2022 la economía había crecido 6,4% en forma interanual. El último dato oficial de evolución del PBI de mayo marcó una contracción de 5,5%.
Respecto del acuerdo con el FMI la caída de los ingresos fiscales obligó a una reformulación del programa por el incumplimiento de todas las metas que aún deberá ser aprobada por el Directorio del organismo en las próximas semanas.
En relación al ingreso de los trabajadores Massa no logró una recomposición del poder adquisitivo. En agosto de 2022 la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) era de $ 155.611 mientras que la Canasta Básica Total (que mide la pobreza) tenía un valor de $ 119.756, o sea el salario estaba un 30% por encima del conjunto de bienes y servicios básicos. En tanto, el RIPTE de junio alcanzó un valor de $ 302.562 contra una canasta de $ 232.426, manteniéndose la relación de 30% superior, lo cual marca que no hubo mejora real en el ingreso de los trabajadores.
Por su parte, la tasa de desempleo al cierre del segundo trimestre de 2022 era de 7,1%, que se redujo a 6,9% en el primer trimestre de 2023, incluso frente a la caída de la actividad económica. De todas formas, este equilibrio pudo mantenerse a costa de una pérdida de la calidad del empleo dado que los registros marcan un avance de monotributistas sobre los empleos formales.
En el haber de la gestión ministerial se debe apuntar la construcción en tiempo récord del gasoducto Néstor Kirchner, una obra que se realizó en ocho meses y permitirá mejorar la balanza energética del país.
No obstante, cabe apuntar que recién hoy se completó el llenado del gasoducto lo que significa la real puesta en marcha del sistema, tras el controvertido acto del 9 de julio.
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