La falta de dólares hace que las restricciones para comprar bienes en el exterior sean cada vez mayores. Eso hizo que algunos sectores tengan mayor actividad. Pero no fue generalizado, aseguran los expertos
Importar ya es prácticamente una odisea para las empresas, no sólo para las que intentar ingresar del exterior bienes de consumo final (que hace tiempo que sufren infinidad de trabas), sino también para las que producen y necesitan insumos que no se fabrican en el país y que, en muchos casos, dan lugar a exportaciones con valor agregado.
Los informantes de las empresas y de cámaras sectoriales alertan que los permisos de importación (SIRA) salen a cuentagotas; los que salen ya tienen fechas de pago de 180 a 365 días y algunos ni siquiera tienen fecha; aparecen bajas contundentes con el ya famoso CEF (Capacidad Económica Financiera) que dispone la AFIP y que habilita o no a una compañía a gestionar una SIRA; y hasta surgen “inconsistencias”, detectadas también por el organismo recaudador, al momento de avanzar con el pago de una operación. Y la lista de dificultades sigue.
Frente a este escenario que viene in crescendo desde mediados de 202 Infobae consultó a industriales sobre ¿Qué están haciendo para poder seguir operando? ¿Ha habido sustitución por fabricación nacional, como anhela el kirchnerismo?
“La sustitución es obligada. En cuanto se normaliza el mercado, se normaliza todo. En los últimos dos años, no hubo ningún proceso virtuoso de sustitución de importaciones. Es todo forzado.
Por ejemplo, en el caso del sector automotriz, de cada 100 vehículos que se venden, 60 son nacionales, pero porque no hay autos”, aseguró a Infobae el ex ministro de Producción de la gestión de Mauricio Macri, Dante Sica. El economista agregó que “la única sustitución virtuosa que se está dando es la del sector energético. Hay muchas metalmecánicas que hoy le venden a la industria de la energía, salvo los grandes equipos, que vienen del exterior”.
“El proceso de sustitución que se vino dando en el último tiempo no fue genuino ni generalizado porque todavía es barato importar”, enfatizó el economista Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Equilibra. “Claro que hay que poder hacerlo, y hoy es difícil dado el contexto de escasez de dólares. Pero se puede”, amplió.
“La sustitución no fue generalizada porque muchas empresas pudieron seguir importando insumos al tipo de cambio oficial mediante la búsqueda de financiación a través de casas matrices en el exterior; y porque otras tantas se fueron comiendo los stocks. El que no tenía stocks o no podía financiarse, ese sí se vio forzado a sustituir importaciones por producción local o a bajar la producción”, detalló Sigaut Gravina. Al tiempo que agregó que “hoy, por más complicado que esté el escenario para importar, faltan pocos meses para las elecciones y nadie sabe qué pasará con la macroeconomía”.
Por otra parte, las limitaciones para ingresar productos del exterior crecieron tanto que también perjudica a las empresas que deciden producir algún bien localmente porque nunca todos los insumos y partes son 100% nacionales.
“Una empresa cliente había decidido empezar a producir localmente un bien; pidieron cotización y aunque les salía más caro que traerlo de afuera, decidieron avanzar. Pero de golpe empezaron a frenar todo, hasta los insumos, lo que hizo que la firma desistiera de avanzar con el proyecto”, contó otro economista.
Distinto será el escenario si el próximo gobierno devalúa y sostiene un tipo de cambio alto y competitivo. Importar se volvería costoso y ahí surgirían mayores oportunidades para producir localmente, coincidieron los analistas consultados.
Consultado al respecto, el economista Martín Etchegoyen, director, junto a Fernando Grasso, de EGC Consulting, remarcó que “más que pensar en sustituir importaciones, lo que las empresas están analizando es cuál va a ser el contexto en el cual se van a desarrollar las operaciones a partir de diciembre”. “La expectativa que hay es que a partir de diciembre, será un ´barajar y dar de nuevo´”, precisó Etchegoyen.
Según el ex director ejecutivo de la UIA y ex secretario de Industria, lo que se está observando no es un proceso estructural de sustitución de importaciones, sino una actitud más bien adaptativa y, en algunos casos, de oportunismo, de producir algo localmente para tener más éxito luego en los pedidos para importar” o suplantar lo que no se aprueba mediante el sistema SIRA .
Según él, cuando los procesos de sustitución de importaciones no son genuinos tienen bajo impacto o pueden ser negativos porque afectan las exportaciones y el sistema de precios internos. “El desarrollo de exportaciones e importaciones depende más del marco de competitividad y de su sostenibilidad más que de procesos arbitrarios de aprobacion”, dijo, y mencionó el caso de Alemania, uno de los países que más exporta e importa a nivel mundial.
Producir localmente muchos bienes no conviene por un tema de costos, enfatizó Sica. “Hay que invertir en matrices y si no tenés escala no rinde. En el caso de Toyota, tiene una alta integración nacional porque sus proveedores fabrican muchísimas piezas al año, pero no ocurre lo mismo con otras terminales y tampoco en otros sectores”, explicó el economista de Abeceb.
Desde la UIA afirmaron que si bien hubo algo de sustitución, los datos no están claros porque hubo crecimiento de la actividad, y también por eso crecieron mucho las importaciones en el último año y medio.
De todos modos, afirman en la central fabril que cualquier proceso de sustitución de importaciones genuino tiene que partir de políticas claras, sostenidas, con una macroeconomía estable y con financiamiento de largo plazo.
“La trampa es que con brecha cambiaria de 100% siempre hay incentivo a importar. Nuestra encuesta, en los momentos más álgidos de la brecha pero con crecimiento de la actividad, reflejaba que 3 de cada 4 empresarios decían que era un buen momento para invertir en maquinaria. Y nunca bajó del 50%”, agregaron las fuentes consultadas por este medio.
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