Mientras en las calles de Argentina la inflación y la disparada del dólar marcan el mal humor que reina en el día a día, la Exposición Argentina Oil&Gas (AOG) fue una fiesta y la imagen de que el sector de los hidrocarburos es una isla se escuchó a lo largo de sus 340 stands. Y es que así como ya no solo hay un consenso generalizado en el enorme potencial productivo de Vaca Muerta, sino que sumado a la exploración del offshore y de Palermo Aike, el consenso que la muestra anual del sector dejó fue que está todo listo para que el país se convierta en el corto plazo en un exportador neto de petróleo y gas.
Pero también se plasmó que ese consenso va acompañado de un gran signo de interrogación, el “asterisco Argentina” a lo que podría ser la promesa del éxito para que en 2030 el país tenga una producción de 1,4 millones de barriles de petróleo por día como estimó el consultor especializado Nicolás Arceo.
O dicho en términos del CEO de Shell Argentina, Ricardo Rodríguez, “el riesgo argentino”, un riesgo que no es ni geológico, ni de guerras como ocurre en otros países, pero que al llegar a las mesas globales donde se debate a qué país van los fondos de esas petroleras internacionales tiene un peso más que importante ya que lo que afecta es a la rentabilidad, al retorno de esas inversiones y se trata de esa mezcla entre controles de precios internos y el cepo cambiario.
“Estamos en un punto de inflexión en donde el país se vuelve estructuralmente en un país exportador”, planteó el Group CEO de Pan American Energy (PAE), Marcos Bulgheroni. Su visión es la misma que la de la mayoría de los empresarios del sector y es la razón que explica el optimismo que reinó en esta XIV AOG.
Con una convicción que no se había planteado en las anteriores exposiciones los referentes del sector remarcaron uno tras otro que todas las condiciones para que Argentina sea un país exportador de petróleo y de gas -con una escala que descollará si se realizan los proyectos de GNL- están dadas pero del nivel de la tierra hacia abajo.
Al revés del riesgo geológico habitual de esta industria, las dudas están del nivel de la tierra hacia arriba, en lo que es en sí Argentina y su macroeconomía.
La secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royon, hizo un llamado en su discurso de apertura para que el sector sea una de las turbinas que reactiven la macroeconomía del país y permitan salir de la lógica de la inflación y la devaluación que reinan. Pero ese punto es una suerte de dilema del huevo y la gallina.
Es cierto que el potencial de la industria petrolera para generar un torrente fuerte de divisas está, con exportaciones que ya en 2027 podrían sumar 19.800 millones de dólares -o medio complejo sojero. Pero como el dilema planteado, el sector también enfatiza que necesita que se cambien esas restricciones que hoy enfrenta para poder dar el gran salto exportador.
La “plancha” electoral
Como en toda fiesta, a nadie le gusta hablar de cosas malas. Pero fuera de los reflectores los referentes de las empresas reconocieron que el sector entró en una “plancha”, un período de inversiones amesetadas que podría extenderse hasta mayo del año que viene y que responde a una parte del “asterisco Argentina” como es la incertidumbre electoral.
Ante un escenario de potenciales futuros presidentes dividido en tres, muchos directivos reconocieron que ya se apretó el botón del “wait and see”, del no realizar nuevas inversiones sino continuar las que ya están en marcha a la espera de ver quién asumirá el nuevo gobierno y, en especial, cómo atacará la crisis macroeconómica que entre otras cosas impide la llegada de los equipos que se necesitan para la actividad en los yacimientos pueda acelerarse.
En el segmento del gas esta “plancha electoral” marcará que las empresas cumplirán con los compromisos del Plan Gas.Ar en los siguientes meses pero no acelerarán su producción ya que si bien se habilitaron las exportaciones estivales, se trata de un grifo de bajo caudal dado no solo por la limitación de la capacidad de los gasoductos que comunican con Chile, sino también porque a pesar de que los contratos llegan a un nivel máximo de hasta 14 millones de metros cúbicos por día en estos meses, la mayor generación hidroeléctrica que tendrá el vecino país por las lluvias registradas prometen bajar la demanda.
“Podrían exportarse 1.000 millones de dólares al año en gas pero no va a llegar a ese valor, estará con suerte en 600 millones de dólares”, confió el directivo de una firma de peso en el sector. A la vez que justificó la producción de lo contractualizado en el bajo precio interno del mercado spot nacional que, ante un exceso de oferta, llegó este invierno a pagar solo 1,40 dólares por millón de BTU, un tercio del precio fijado en el Plan Gas.Ar.
Se bloquearon exportaciones de crudo
En el mercado del petróleo el escenario es el opuesto. Mientras en el país se está pagando entre 56 y 50 dólares el barril de crudo a partir del acuerdo de congelar los precios de los combustibles en surtidor, a nivel global el Brent se disparó a más de 90 dólares y hace que haya una brecha de casi 30 dólares entre un barril vendido dentro del país y uno exportado.
Pero, nuevamente el “asterisco Argentina” es una amenaza. Desde varias empresas consultadas por Energía On se reconoció que ya se hizo una especie de “cruce de barcos”. Es decir que no se permitieron exportaciones.
Según contaron estas limitaciones no fueron oficialmente realizadas por disposiciones de la secretaría de Energía como marca la norma, sino que fueron referentes de la misma secretaría los que llamaron una por una a las empresas que les pidieron que no exporten su producción al menos en este mes y en octubre -ya que el congelamiento se planteó hasta el 31 del mes que viene.
Los llamados llegaron a las empresas que no tenían contratos de exportación ya pactados, algo que fue bien visto dado que no impone romper acuerdos de venta con clientes del exterior, pero que sí deja con 30 dólares menos por barril a las empresas que ya dan por hecho que no podrán exportar su producción y que además no son firmas líderes.
Si bien esta situación molesta y mucho, al punto que Neuquén y Mendoza ya analizan realizar reclamos por las regalías que dejarán de percibir, desde las empresas se indicó que “si dura solo hasta el 31 de octubre como está planteado es una cosa soportable”.
El CEO de Tecpetrol, Ricardo Markous planteó que “el potencial está, ya sabemos cómo producir en Vaca Muerta, tenemos más oportunidades (en referencia al offshore y Palermo Aike). Solo necesitamos que se acomoden un poco las cosas, la macroeconomía y los controles cambiarios”.
La Exposición AOG 2023 fue una fiesta, una isla de optimismo y actividad récord dentro de un país en crisis. El desafío está ahora en que el “asterisco” del riesgo argentino se achique al mínimo posible, para que esa isla de prosperidad pueda expandirse y trascender de una industria a un país entero.
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