Aún resuenan los acordes de la militancia que rodeó ayer al ministro de Economía, Sergio Massa, en el estadio Arenas del municipio de Malvinas Argentinas.
Despejó las dudas en torno a su candidatura pero no en cuanto a cuál será el rumbo económico preelectoral. Aun con anuncios económicos favorables, en estos días todas las notificaciones del gabinete económico tuvieron tinte de campaña. Por delante quedan los desafíos técnicos de una economía que aún no remonta y la clave de poder compatibilizar campaña y gestión de una economía en crisis.
En el entorno massista insisten en que podrán. “Sergio impulsa todo con gestión”, repiten sus allegados, confiados en el futuro inmediato. “Que pase la siguiente papa caliente”, bromean en su círculo íntimo, confiados una vez más en los resultados y las alianzas que vendrán.
Los cánticos de las gargantas militantes cobijarán al tigrense en este domingo de frío polar. También su entorno familiar más cercano, donde suele refugiarse en momentos de toma de decisiones. Lo que queda en el frente económico inmediato es duro y determinante.
Al frente polar se le sumará una semana de tensiones en la economía, en especial por la difusión del índice inflacionario de mayo, que las conultoras privadas calculan entre el 8% y el 9% pero que la encuesta que el BCRA realiza en el mercado (técnicamente REM) sugirió que la inflación fue menor a la que marcó abril, de 8,4%.
Fue raro porque en el relevamiento actual, realizado entre el 29 y el 31 de mayo, analistas estimaron una inflación mensual del 9% para mayo. Pero el BCRA el viernes aclaró que, luego de que se brindaran los pronósticos a esta entidad, “se conoció nueva información que sugiere que la inflación mensual se moderó con respecto al 8,4% observado en abril”. De todos modos, para la inflación anual proyectaron 148,9%. Un número letal para cualquier candidatrura, ni que hablar para los bolsillos de los asalariados.
Las metas inflacionarias descendentes y el fortalecimiento de las reservas no siguen el ritmo acalorado de los cánticos de ayer, aunque son temas calientes.
Una vez más, en el gabiente económico confían en tener buenas noticias para los bolsillos en materia de inflación este mes. Les apuestan a las modificaciones en el impuesto a las ganancias, que ahora tributará a partir de los 800 mil pesos, y a la modifiación del 41% de aumento en la escala del monotributo.
El precio de los alimentos se desaceleró en la primera semana de junio, según un estudio privado. El trabajo de la consultora LCG determinó que la comida subió en promedio un 0,57%, cediendo en 2,9 puntos respecto al período previo.
De esta forma, la variación de precios “punta a punta” en las tres últimas semanas de mayo y la primera de junio mostró un alza del 5,7%. Es cierto en la mayoría delas consultoras que junio arrancó con menos arrastre inflacionario y bajo impacto tarifario.
En la estrategia que vendrá es importante para el equipo de Massa (ministro y eventual candidato) el frente externo. Los acuerdos internacionales y, especialmente, el desembolso del Fondo Monetario al que Massa apuesta al todo o nada. Confía en que para fines de este mes habrá luz verde a su renegociación y que se aprobará el desembolso por un total de 10 mil millones de dólares.
Fuentes en Washignton consultadas por PERFIL fueron menos optimistas en torno al volumen del próximo desembolso ya que hay demasiadas cuestiones técnicas y auditorías dentro del organismo internacional que no lograrían explicar las maniobras contables del BCRA en sus resveras, los abultados giros del Tesoro y el canje permamente de títulos.
En el FMI pasa como en la política: el desafío es lograr lo posible, como en el arte de hacer política.
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